Capítulo 068.

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Mi teléfono móvil se deslizó por mi mano hasta caer al suelo. Mis piernas comenzaron a temblar y sentía la necesidad de recostarme o simplemente caer de rodillas al suelo. Y eso último fue lo hice.

—N...no...—Balbuceé con un hilo de voz.

—Hall—Exclamó Justin tomándome de la cintura, quedando a pocos centímetros de su rostro.

Estaba en una especie de shock emocional, mis nervios amenazaban con dejarme sin aire y mis lágrimas no tardarían mucho en caer por mis mejillas. Él me miró fijamente y pude notar la preocupación en sus ojos y lo confuso que estaba.

—Está...está en el hospital. —Dije una vez que logré respirar con más tranquilidad. —Mi padre está en el hospital principal, debemos ir ahora mismo.

— ¿Qué? ¿Quién te ha llamado? —Interrogó luego de que yo me separara.

—Marie...—Respondí, tomando mí abrigo. —Dijo que lo han internado de urgencia. —Solté un leve sollozo.

Él caminó de nuevo hacia mí y me envolvió en sus fuertes brazos. —Todo estará bien. —Susurró. —Iré por las llaves del auto.

Bastaron unos cinco minutos para que llegáramos al estacionamiento y subiéramos al auto. Podía sentir mis manos casi congeladas debido a los nervios que tenía; si algo grave le pasara a papá, no podría soportarlo.

Al llegar nos adentramos en el enorme edificio y con la mirada pude divisar el cartel que tenía la palabra "Urgencias" grabada en él. Habían varias personas que al vernos fruncieron el ceño, pero me importaba en lo más mínimo. Sólo quería ver a papá.

En cuanto hice dos pasos una de las enfermeras encargadas de la recepción se acercó hacia nosotros y nos retuvo en el lugar.

—No pueden...—Habló, pero la interrumpí abruptamente.

—El paciente Josh Hall —Exclamé, casi quedándome sin aire. Oh no...no ahora...

—Acaba de entrar a terapia intensiva, pero no podrán pasar. —Explicó. —Los médicos están haciendo todo lo posible por...

Hice caso omiso a sus palabras y caminé llevando una de mis manos a mi pecho, tratando de retener el aire en mis pulmones. Sentía cómo éste era cada vez más escaso y cómo me costaba llegar a la puerta de la sala de urgencias. La empujé y fue como si todo comenzara a ir en cámara lenta, desde mis pasos hasta los sonidos que podía oír a mí alrededor.

Divisé una puerta de madera abierta y caminé hacia allí, viendo a los doctores y enfermeros estabilizando a un paciente: era mi padre. Sin importarme nada me adentré a la habitación y mis ojos se llenaron de lágrimas. El asma era cada vez mayor y mi lucha por mantenerme en pie frente a aquella escena era inservible.

Los cables estaban por doquier, tenía un respirador artificial y agujas en sus brazos. Su rostro estaba tan pálido y relajado a la vez que sentí un dolor agudo directo en el corazón. Ni siquiera lograba parpadear. A estas instancias mis manos estaban aún más frías y temblaban como nunca antes lo habían hecho. Solté un sollozo agudo, captando la atención de todos en aquella habitación.

— ¡No puede estar aquí! —Gritó una de las enfermeras, caminando hacia mí. — ¡Señorita!

Un leve mareo me recorrió de pies a cabeza. —Papá...—Logré susurrar. —Despierta, por favor...

Pero él mantenía sus ojos cerrados, y ese era el límite de lo que podía soportar: mis piernas comenzaron a fallar y en mi mente se atravesó la imagen de papá tomando mi mano y diciéndome lo mucho que me amaba. Cerré los ojos en cuanto sentí un empujón y me preparé para chocar contra el suelo, tratando de respirar.

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now