Capítulo 023.

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Mi rostro me delataba; estaba enojada, furiosa y con ganas de golpearlo. Me adentré a la preparatoria mientras empujaba a todos como una maldita loca, buscando con la mirada una señal de su presencia. Apreté los puños al verlo y me dirigí hacia él. Los pasillos comenzaron a vaciarse, sabían perfectamente lo que venía; me enfrentaría a Justin.

— ¡Maldita sea, Bieber! ¡¿Por qué lo has hecho?! ¡¿Por qué me odias tanto?! —Grité desesperada, empujándolo. Claro que no lo moví ni un centímetro.

—No sé de qué estás hablando, Hall. —Respondió formando una leve sonrisa.

Alcé mi mano y la estrellé en su mejilla. Oh, joder...

—Tú...tú...eres el espía de mi padre...—Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, y mi miedo se hizo presente cuando sus ojos mieles se volvieron más oscuros de lo normal.

Tomó mi brazo con fuerza y me arrastró hacia afuera del edificio. En ese instante, sólo estaba arrepintiéndome de haberlo golpeado. Ahora pagaría las consecuencias, y la vieja ______ asustadiza volvería. Siguió su camino conmigo arrastras y subió a su auto, me negué a subir, pero eligió meterme en el baúl.

— ¿Qué demonios haces, idiota? ¡Sácame de aquí! —Pataleé como niña pequeña.

Cerró la cajuela y presencié una de mis peores pesadillas: la oscuridad. Sentí mis lágrimas caer por mis mejillas como cataratas, ya ni siquiera sabía si volvería a casa sana y salva. Golpeé con mis puños tratando de abrir la cajuela, sólo logré que mis nudillos comenzaran a arder y sangrar. Limpié mis lágrimas sin tener una razón para vivir, mientras oía la voz de Justin muy, muy lejos. Estaba hablando por su celular y esa no era la duda, la duda era con quién y para qué.

El auto paró y ni siquiera sabía dónde estábamos. Justin abrió la cajuela y me sacó de allí, mientras yo limpiaba mis lágrimas bruscamente. Me miró y luego miró hacia su derecha. Alcé la mirada, encontrándome con un paisaje precioso. Estábamos en el mirador a las afueras de la ciudad, con una vista maravillosa al océano. Me crucé de brazos y caminé hacia el pequeño banco que había allí, me senté y solté un suspiro.

— ¿Vas a escucharme? —Preguntó Bieber a mis espaldas, sollocé.

— ¿Sabes lo horrible que fue estar encerrada allí adentro? Sufro de asma, le tengo pánico a la oscuridad y te temo a ti. Podría haberme pasado cualquier cosa. —Ignoré sus palabras, descargándome débilmente.

Sentí su mano en mi hombro, y la quité bruscamente.

—Debía traerte aquí de alguna forma...—Susurró, negué con la cabeza.

—Si amas verme sufrir, hazlo. Golpéame, dime que me odias, hazme sentir la peor persona del mundo. —Hice una pausa, mirándolo a los ojos. —Yo ya me di por vencida.

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Las gotas de lluvia caían sobre mí, dejándome completamente empapada. Mis lágrimas se mezclaban con la lluvia y se sentía bien cubrirlas; como si realmente no estuviera llorando. Sequé mis pies en la alfombra situada justo afuera de la puerta principal de la casa, la cual tenía el logo "Welcome". Fingí la sonrisa más creíble antes de entrar, para luego hacerlo y encontrarme con Marie.

— ¿Papá ya se fue? —Pregunté, ella asintió alegre.

—Hace una hora, cielo. ¿Tienes hambre?

—No, ya comí. Gracias Marie, iré a descansar.

Me despedí de ella y subí las escaleras lentamente, recordando lo rara que había sido esa tarde. Y no sólo por el hecho de haber sido "secuestrada" nuevamente por Justin, sino que también comenzaba a sentir algo tan inexplicable dentro de mí...como si me hubiera gustado tanto su forma de actuar. Esa furia con la que me veía cada vez que se enojaba, sus puños apretándose de a poco mientras trataba de controlarse a sí mismo, la manera en que trataba de sorprenderme llevándome a lugares en los que jamás había estado.

Y esa tarde había ido por primera vez al mirador de la ciudad, donde había visto el océano por primera vez en años. Sólo Justin había logrado llevarme. Aunque había sido forzado, no me arrepentía de nada.

Cuanto anhelaba platicar con Claire ahora mismo, pero no podría; Justin podía verme y decirle a papá. ¡Y era tan injusto! ¡Ni siquiera podía salir a dar un paseo! Porque al señor Bieber se le ocurría espiarme como si fuera su maldita mascota. Y de papá...claro que no me lo esperaba. Recordaba sus palabras tan perfectamente que me era imposible no odiarlo en ese preciso momento; "Puedo contratar un espía". Claro, y ese espía tenía que ser Justin.

¿Qué ocurría conmigo? ¿Por qué estaba tan confundida? ¿Por qué simplemente no podía dejar de pensar en él? ¿Cuánto más debía esperar para que me dejara en paz? Y si me había dado por vencida, ¿Por qué aún conservaba un pequeño porcentaje de esperanza? ¿Acaso...

— ¿Estoy enamorándome de él?

Pregunté para mí misma en un susurro, cerrando los ojos.

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Haasta aquí <3 ¿Creen que Hall esté enamorada de Justin?

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Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now