Capítulo 035.

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Oía las gotas de la lluvia caer contra el pavimento, mientras cerraba con pereza el libro que llevaba leyendo apenas unas horas. Abrí el cajón de la mesa de luz y lo guardé allí, envolviéndome nuevamente en mis dudas.

Cuando más deseaba acabar con mi sufrimiento, más sufría. Cuando más deseaba poder reír sin problemas, las lágrimas aparecían. ¿Era dueña de mi vida? Prácticamente no, todos manejaban mi vida, menos yo. Y era uno de mis mayores problemas, de esos que no siempre obtienes una respuesta o solución.

— ¿Por qué no me muero ya? —Me pregunté a mí misma, suspirando fuertemente.

Había despertado dos horas antes de ir a la preparatoria, por el simple hecho de que no podía dormir bien. Si bien lo había hecho, habían sido tres horas de sueños interrumpidos; mirar el techo, cerrar los ojos, volver a abrirlos, dar media vuelta, y dormirme. Claro, sólo faltaba tener insomnio todas las noches y hacer mi vida aún más complicada, como antes.

El "Toc-Toc" de la puerta hizo que me levantara a abrirla, Marie apareció con una bandeja que contenía un rico desayuno: pan tostado, jugo de naranja recién exprimido, café, algunas frutas picadas, hotcakes y magdalenas de chocolate. Mi estómago rugió y ambas reímos bajito y sin ganas.

—No debiste...

—Debes alimentarte bien, ¿Y qué mejor que un buen desayuno hecho por una gran cocinera? —Preguntó alegremente, dejando la bandeja sobre mi cama.

—Gracias Marie. —Balbuceé.

—Por nada, cariño.

La observé y dibujé una pequeña sonrisa en mi rostro, prácticamente agradeciéndole. Me dio un abrazo y salió apurada, temiendo que yo no correspondiera. ¡Ni siquiera me había dejado hablar!


Comencé a comer lentamente, mirando un punto fijo en cada bocado. ¿Qué se supone que pasaría ahora? ¿Debería esquivar a papá? ¡Jamás había convivido con tantas mentiras y mucho menos con la persona que me mentía sin saber que yo sabía! –Valga la redundancia-

Oh joder...

++++

Cerré mi casillero con fuerza y suspiré pesadamente, sin tener ganas ni siquiera de respirar. Al querer caminar, mis pies fallaron y me sostuve de los casilleros, asustada. La única vez que me había pasado algo así fue cuando tenía tan sólo seis años y había bebido alcohol sin saberlo. Por cierto, gracias a mamá.

— ¿Señorita Hall? ¿Se encuentra bien? —Oí a mi lado, y luego sentí una mano en mi hombro.

—Enfermera Harp —Susurré. ¡Vaya susto! —Estoy bien, gracias.

—Pues no parece, ¿Ha comido algo antes de venir? —Insistió, mirándome de reojo.

—Sí —Sonreí—Estoy bien, no se preocupe.

La mujer me miró por última vez y dio media vuelta, siguiendo su camino. Recuerdo perfectamente su rostro al verme con un ojo morado hace unos meses atrás, cuando Hailey me había golpeado ferozmente junto a Alice y...Justin.

No era de mi agrado recordarlo, ya que fue un tiempo de depresión, insomnio, lágrimas todas las noches y los días, y sobre todo moretones en todo mi cuerpo. ¿Quién lo diría? Justin había cambiado radicalmente conmigo, era algo así como un lazo del que yo jamás me había enterado. Aún no sé cómo le había hecho para ganarse mi confianza después de tanto hacerme sufrir.

Decidí caminar hacia el salón de clases antes de que tocara el timbre de entrada, puesto a que el miedo no había desaparecido del todo. Me ubiqué en mi respectivo lugar para luego sacar el libro de matemáticas y comenzar a hacer algunos ejercicios pendientes. Era ilógico, solía estar sola desde tiempos inmemorables y eso aún seguía siendo así. 

Tal vez no estaba destinada a tener "amigas".

El timbre sonó y a continuación todos los estudiantes comenzaron a entrar, algunos a los besos, otros golpeándose entre sí, otros empujándose y hasta manoseándose. ¡No podía ser la única normal aquí! Se sentaron casi al unísono al ver entrar a la profesora Smith, la cual no tenía una muy bonita cara de buenos días...

Observé el reloj luego de una hora y media de clase, "Toca ya, por favor" pensé deseosa por salir. No era muy inquieta en la clase, me apenaba tan sólo hablar con alguien. Justin no había aparecido y por un lado era bueno, ya que no me miraría y haría que me sonrojara, pero por otro lado era malo, porque tal vez y sólo tal vez me molestarían.
El sonido del timbre hizo que me levantara a la velocidad de la luz y saliera prácticamente corriendo de allí, entre empujones de los fortachones jugadores de fútbol americano y los senos plásticos de las porristas. "Joder" susurré para mí misma al poder salir de la multitud. ¡¿Desde cuándo tantas personas?!

— ¡Hall! —Oí detrás de mí, más bien casi. Era un susurro escalofriante.

— ¿Justin? —Pregunté en el mismo tono, acercándome al famoso "cuarto del conserje".

—No, DiCaprio. —Respondió con sarcasmo, riendo levemente.

Lo fulminé con la mirada y él salió de allí, sacudiendo su pantalón bruscamente. Me crucé de brazos y le sonreí, admirando su perfecto rostro. Al parecer se había salido con la suya y había estado escondido allí desde que había comenzado la clase de Smith.

— ¿Vamos a la cafetería? —Preguntó tomando mi mano.

—No, yo...ya desayuné. —Respondí bajito, temiendo que cambiara su ánimo.

— ¿Qué te ocurre? —Me miró profundamente a los ojos, acariciando mi mejilla.

— ¿Por qué todos preguntan eso hoy? Estoy bien. —Dije borde, estaba cabreada.

Primero la enfermera Harp y luego él, ¿Acaso estaba pálida? ¿Roja? ¿Tenía ojeras como un zombie?

—A mí no me mientes, Hall. —Murmuró firme. — ¿Qué está ocurriendo contigo? ¿Es tu padre? ¿O la anciana?

—No es nadie...

—No me mientas, joder. —Cerró sus ojos soltando un suspiro.

—No lo hago, Justin. —Dije volviendo al tono bajito e indeciso que tanto usaba.

De repente no pude ni siquiera respirar y un dolor muy fuerte se adueñó de mi cabeza. Justin dijo algo que no pude oír y me tomó en brazos, buscando con la mirada alguna ayuda.

Y cerré los ojos con fuerza, dejándome consumir por un extraño sentimiento de cansancio absoluto.


++++++

Haaasta aquí por hoy <3 

¿Qué creen que le ocurrió a Hall? ¡Las leo!

PD: déjame un voto para saber si te gusta la historia :)

Rom.

Invisible »Jb. |FinalizadaМесто, где живут истории. Откройте их для себя