Capítulo 038.

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Sus labios se amoldaban perfectamente con los míos, como si fuera obra de un escultor. Su mano en mi mejilla me informaba que debía continuar aquel beso y su otra mano tomando mi cintura era señal de que no me soltaría. La simpleza con la que me tomaba entre sus brazos era increíble, como lograba hacerme callar, murmurar y sonrojarme aún en los momentos menos apropiados. 

¿Esto era amor?

Tal vez... ¿Tal vez? Por supuesto que era amor, estaba más enamorada de él que hasta me sorprendía de mí misma. Jamás lo pensé, y eso era bueno por un lado, porque si hubiera tan sólo imaginado enamorarme de Justin hace unos años atrás, me odiaría a mí misma. ¿Qué había cambiado en mí, entonces? ¿Por qué ya no sentía el odio rotundo hacia él? ¿Qué había hecho para enamorarme perdidamente? El problema era conmigo de todas formas, era insegura... 

¿Qué pasaría si todo fuese un sueño? ¿Y si los sentimientos de Justin jamás cambiarían? ¿Y si todo era una mentira...?

— ¿Siempre sueles ser tan pensativa? —Oí de repente, mientras salía de mi burbuja.

Mis mejillas tomaron un color rojizo y una risita salió de mis labios.

—Supongo que estoy acostumbrada a discutir conmigo misma. — Respondí con gracia.

—Eres tan diferente a mí, Hall. —Su mirada penetrante se posó en mis ojos una vez más, intimidándome.

— ¿Eso es...bueno o malo? —Pregunté, rogando en mi interior por una respuesta positiva.

—Es mucho más que bueno.

Una, dos y hasta tres horas pasaron desde que Justin y yo estábamos en aquella cabaña. Entre risas, algunos silencios, y pláticas serias decidimos que era hora de volver a la "realidad". Me asomé por la ventana, admirando los árboles y el atardecer que los iluminaba tan sólo un poco. 

Quizás sería la última vez que podría verlos en mucho tiempo, o quizás no. Para mi suerte, Justin se colocó a mi lado y admiré sus perfectas facciones atentas al paisaje de afuera, y no pude evitar sonreír.

—No creí que te gustaría tanto. —Dijo él, sin quitar su vista de la naturaleza.

—El lugar es hermoso. —Afirmé alegre, dirigiendo mi mirada nuevamente hacia afuera.

—Lo es —Afirmó—Pero no más que tú.

Dio unos pasos hacia atrás y tomó su chaqueta, colocándosela. Me quedé estática en mi lugar sin saber qué hacer, quería besarlo pero era como si sólo él pudiera hacerlo. Prácticamente me tenía en la palma de su mano y eso no podía ocultarse.

Minutos después subimos a su auto y emprendió marcha hacia mi casa, donde de seguro Marie me estaría esperando con una deliciosa cena; y papá...bueno, papá se había olvidado de que yo existía y se había ido unos días a Francia. Nada más relajante.

— ¿Nos vemos mañana? —Pregunté algo tímida, sonriéndole de costado.

—Nos vemos mañana, Hall. —Sonrió, estaba segura de que las mariposas en mi estómago habían escapado de su jaula.

—Adiós...—Abrí la puerta, pero su mano sostuvo la mía, impidiéndome bajar.

— ¿Y mi beso? —Preguntó, me sentí desfallecer.

—Uhm...

Ni siquiera me había dejado respirar, sus labios atraparon los míos casi salvajemente y luego me "liberó", dejándome bajar. Tenía la sonrisa más grande en mi rostro, y así caminé hacia la puerta principal de la casa. Toqué tan sólo dos veces y ya tenía a Marie junto a mí, quién tomó mi mano y me guio hacia el comedor.

—Tu cena está lista. —Exclamó sin interés. Jamás la había visto así.

—Oh...okey —Respondí confundida, quitándome mi chaqueta.

—Por cierto, ¿con quién estabas? —Preguntó antes de dar media vuelta. Alcé los hombros.

—Con una amiga. —Dije calmándome a mí misma.

Jamás había inventado una mentira tan estúpida. Yo no tenía amigas.

Marie se volvió hacia la cocina no muy convencida, para luego traer en sus manos un plato con Spaguettis, lo dejó frente a mí y sin más se retiró de allí. No pude evitar fruncir el ceño levemente. No sólo algo andaba mal, sino que también sospechaba de que Marie estaba muy, muy rara últimamente.

Al terminar de cenar decidí subir a mi habitación. Abrí la puerta y mi mirada fue directamente hacia un precioso Dije de oro tirado en el suelo. Caminé hacia él y lo tomé, observando la pequeña foto grabada en el interior del corazón. Era Claire, ese collar era de Justin. Y de repente mis dudas comenzaron a aclararse completamente.

Claire era la mamá de Justin.


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Haaasta aquí por hoy <3

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Rom.

Invisible »Jb. |FinalizadaWhere stories live. Discover now