#12 Bones, bones

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SANHO¡!

en donde yunho marca el cuerpo de san
con tinta
──────


San vio a su novio dormir, tan tranquilo y lindo que le dio pena tener que despertarlo, por lo tanto salió de la casa sin hacer ruido y fue a comprar comida hecha. Al llegar nuevamente, Yunho seguía dormido; después de preparar la comida en los platos y servir jugo en sus vasos, se dirigió a la habitación con la charola.

—Yunho... —San movió su hombro—. Despierta, ya traje la cena.

Su novio se removió en la cama y abrió un sólo ojo.

—Uh —se quejó bajito—, lo siento, se suponía que saldríamos fuera hoy. —Yunho se restregó los ojos—. Perdón, San, me quedé dormido.

—No pasa nada, si cenamos juntos, ¿qué importa si es fuera o dentro?

Yunho sonrió aún con los ojos hinchados y golpeó suavemente el brazo de su novio.

—Te amo —dijo Yunho con voz chillona—. Eres mi novio favorito.

—Soy tu primer y único novio, y más te vale que siga así —bromeó San.

—Está bien, psicópata —gruñó picando las costillas de San—, sabes que estoy bromeando.

Ambos rieron y comenzaron a comer.

Era cerca de media noche cuando ambos habían vuelto de dar un paseo para bajar la comida. San abrazaba a su novio mientras ambos se recostaban en la cama, siendo la cuchara grande, comenzó a acariciar la panza de Yunho con las yemas de sus dedos.

—¿Tienes sueño, Yun?

—En realidad, no. ¿Tú sí?

—Nah.

Yunho se dio la vuelta para verlo a la cara.

—Bueno...

Yunho dejó salir una risa ahogada cuando los labios carnosos de San atraparon los suyos repentinamente. El beso que de entrada empezó rápido, se tornó excitante en menos de dos segundos. La lengua de San recorrió la cavidad oral del más alto, reconociendo cada centímetro. La saliva se escurrió de sus bocas con facilidad, mientras las manos de Yunho tomaban la cara de su novio con cariño, acariciando las mejillas con amor. La rodilla de San se coló entre las piernas de Yunho, abriendo estas, las manos frías del rubio subieron por el pecho ajeno, quitando la camisa en ese proceso, aprovechando para tomar entre sus dedos los rosados pezones.

—San... —gimió Yunho—. Necesito...

—¿Qué necesitas, cariño? —preguntó excitado el más bajo.

—Ir al baño. Debí compartirte ese jugo de piña. —Yunho se escurrió de los brazos ajenos y huyó.

Dos minutos más tarde, cuando Yunho volvía, San estaba recostado bocabajo, sólo en ropa interior.

Yunho frotó sus frías manos entre sí, y con algo de maldad, se acercó sin hacer ruido. Sus dedos se colaron debajo de la ropa interior ajena, y escuchó con felicidad el pequeño chillido que soltó su novio ante la intromisión.

Treasure ⸺ateez。2019Where stories live. Discover now