#HappySanDay

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SANWOO¡!

en donde san es asaltado en su propia fiesta
y wooyoung lo ayuda

Los pies de San arden sobre el suelo frío, apenas puede seguir caminando así que se sienta en una banca de un parque a descansar

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Los pies de San arden sobre el suelo frío, apenas puede seguir caminando así que se sienta en una banca de un parque a descansar. Revisa sus pies y les quita el polvo, también nota que hay algo de sangre debido a una pequeña herida en su talón. Soltando un suspiro ahogado, San retira la diminuta piedra puntiaguda.

El frío sale como vapor por su boca, son apenas las siete y media de la mañana y ya ha sido robado y privado de casi todas sus pertenencias. Aunque al menos puede alardear de que lleva puestos sus pantalones y camiseta. Su fiesta de cumpleaños fue celebrada por la madrugada; quiso apartarse de la multitud que se hallaba en su jardín, hacia un sitio más apartado para tener un pequeño momento con un chico, pero fue asaltado en su propia casa, secuestrado, golpeado y dejado a la deriva. Sabe que probablemente también asaltaron su propiedad, sabe que quizás sus amigos ya han alertado a la policía. También, sabe que tal vez su mejor opción sea ir a una estación de policía; pero no puede hacerlo vestido así.

Las esperanzas de San avivan en su interior cuando el local que está enfrente suyo enciende sus luces y sube sus persianas. No obstante, aquello no es lo que entusiasma a su pobre corazón agrio, sino el enorme banner que hay en su interior. Detrás de aquella ventana de cristal, San puede ver su propio rostro modelando la ropa y zapatos que allí se venden.

San vuelve sacudir sus propios pies y se levanta, con toda la chulería que su pequeña pila de dignidad puede soportar. Cruza la calle no sin antes mirar hacia ambos lados, una vez que está enfrente del local de ropa, sonríe aún más e ingresa.

Choi San está lleno de tierra, lodo, polvo y sangre. También tiene un golpe en el ojo que le evita abrirlo completamente, pero no borra su sonrisa cuando se para enfrente del chico en la caja.

―Wow ―suelta el muchacho, sobresaltado al tenerle enfrente apenas darse vuelta―. Ah... Ho... hola.

Apoyando el codo en la mesa, su rostro en su mano y recargando todo su peso en una sola pierna, San abre la boca para hablar.

―Buenos días... ―murmura San, embelesado por la belleza del pequeño chico.

Los ojos son verde intenso, su cabello marrón está peinado hacia adelante con un flequillo ligero, los labios entrefinos se aprietan entre sus dientes y sus cejas se alzan cuando la voz de San sale.

―Bue... Buenos días, señor ―susurra el chico, sorprendido―. ¿Quiere agua? ¿Necesita un paño? Oh, su rostro es un asco. ¿Quiere algo para esa herida? Con tanto lodo en su rostro podría infectarse... Usted... ―el pequeño chico se queda callado de repente―. Hablé demasiado, ¿prefiere llamar a alguien? ¿Fue asaltado? ¿Acaso es un vagabundo? Déjeme llamar a servicios sociales... O a un albergue, ¿usted pertenece a uno?

Treasure ⸺ateez。2019Where stories live. Discover now