Mimosa - Nadie sabe que te quiero

C038 - Fue escrito hace dos años

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Yan Qiu se asomó furtivamente por la esquina y miró a las dos personas frente a él. Justo cuando contuvo la respiración y estaba preparado para ver si Ji Xinglan aceptaría la confesión de Lin Wei, Ji Xinglan de repente miró hacia arriba.

Yan Qiu, que había estado mirando en silencio, estaba aterrorizado. Rápidamente se apartó y solo se atrevió a moverse después de mucho tiempo.

No se sabía si Ji Xinglan lo había visto.

Yan Qiu tenía prisa por saber si Ji Xinglan había recibido la carta de amor de Lin Wei, pero le preocupaba que Ji Xinglan lo notara y era un inconveniente para él estar atento. Por lo tanto, solo podía esconderse detrás de la esquina discretamente.

Contuvo la respiración y se pegó a la pared, haciendo todo lo posible por esconderse. Después de esperar un rato, no escuchó señales de movimiento en las escaleras. Luego, volvió a asomarse por la esquina. Esta vez, solo la mitad de su cabeza se movió fuera de la esquina.

En ese momento, Ji Xinglan ya no estaba mirando.

Tenía las manos en los bolsillos mientras estaba frente a Lin Wei. Su expresión permaneció tranquila, pero la carta en manos de Lin Wei ya se había ido.

Cuando Yan Qiu vio esto, se le ocurrió una respuesta: Ji Xinglan ya había tomado la carta.

Sintió en él emociones complicadas. Quería irse, pero justo cuando se dio la vuelta, de repente vio una cara blanca como la nieve ampliada frente a él, y se sorprendió.

―!

En el momento en que giró la cabeza, vio otra cara, y Yan Qiu fue sorprendido con la guardia baja, lo que lo asustó tanto que casi tuvo un ataque al corazón. Cayó sentado sobre su trasero.

Bai Yuanyuan se había acercado en algún momento, y ella estaba en cuclillas detrás de él, como si los estuviera mirando con motivos ocultos. Estaba tan enojada que le temblaban las manos y salió corriendo antes de poder aplicar la base por completo.

Yan Qiu respiró hondo y calmó su corazón antes de empujarla rápidamente hacia atrás por la puerta trasera del aula. Bai Yuanyuan miró en la dirección donde estaban las escaleras y estaba tan enfurecida que pisoteó sus pies. ―¡AAAAHH! ¡VOY A LUCHAR CON ESA PERRA!

. . .

Yan Qiu se apoyó contra el respaldo de su asiento en el aula mientras chupaba una piruleta. Encendió repetidamente su terminal para comprobar la hora.

Esperó unos minutos más, pero Ji Xinglan aún no había regresado. Sin otra forma de descargar su frustración, solo pudo aplastar brutalmente la piruleta entre sus dientes. Luego, pateó la mesa con enojo.

Yan Qiu pensó que no había usado mucha fuerza, pero estaba enfurecido, por lo que le resultó difícil controlar su fuerza.

La mesa frente a él se balanceó un poco debido a la patada, y el bolígrafo sobre la mesa rodó hacia abajo.

El estudiante de la primera fila escuchó el sonido del bolígrafo cayendo, por lo que se inclinó para recogerlo antes de darse la vuelta para volver a colocarlo en la mesa de Yan Qiu. Pero involuntariamente miró hacia arriba y vio que había una mirada terriblemente feroz en el rostro de Yan Qiu. Estaba tan asustado que rápidamente se volvió para hundir la nariz en su cuaderno de ejercicios.

Yan Qiu mordió el palo sin piruletas mientras sostenía su cabeza con una mano. Usó el otro para hacer girar su bolígrafo. El cuaderno de ejercicios que tenía delante estaba vacío y no escribió ni una sola palabra en él.