Mimosa - Nadie sabe que te quiero

C106 - Fin de la Historia Principal

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La fecha de la boda se fijó para el cumpleaños de Ji Xinglan: El 2 de mayo, el final de la primavera y el comienzo del verano.

Yan Qiu no tenía la afición de vestirse con ropa de mujer, y sin importar lo que dijeran todos, se negó a vestirse con el vestido que le dio la Señora Ji. Así que encargó unos trajes de colores claros.

En la víspera de su boda, Yan Qiu y Ji Xinglan fueron a la playa junto al hotel que habían reservado para su cena-banquete para hacerse las fotos de boda. Ninguno de los dos llevaba vestido de novia. Yan Qiu y Ji Xinglan llevaban trajes. Uno iba de negro y el otro de blanco, combinando perfectamente.

Los dos se besaron en la playa y jugaron junto a los arrecifes a pescar cangrejos. Joyce era la que sostenía la cámara y les sacaba fotos. Había venido con la única intención de asistir a su boda.

Desde que había volado de vuelta anoche, tenía bolsas bajo los ojos. Pero cuando vio a Ji Xinglan, suspiró. ―Sólo ha pasado medio año desde la última vez que nos vimos y ya tienes hijos.

La Señora Ji estaba bajo una sombrilla de playa cercana, recostada en una tumbona con las gafas de sol puestas. Ji Nai estaba de pie junto a ella, y ambos tenían sonrisas en sus rostros mientras observaban a la joven pareja jugueteando en la playa.

―Quiero llevar un vestido de novia durante mi boda. ―La Señora Ji se quitó de repente las gafas de sol y le dijo a Ji Nai.

El Mariscal de Campo Ji parecía un poco sorprendido. ―Pero cariño, ya tuvimos una boda.

―Eso no cuenta. ―La Señora Ji puso los ojos en blanco, y con un escozor en sus palabras, ―Volver a casarse también es casarse.

Culpable, Ji Nai se encontró sin palabras. Entonces, sonrió y la abrazó. ―De acuerdo, te escucharé. Podemos organizar una boda también.

. . .

La boda se celebró un sábado. Era un día raro y claro. No había nubes en el cielo azul, que se fundía con el océano azul en la distancia, el paisaje parecía hermoso.

A Yan Qiu no le gustaba la sensación restrictiva de las iglesias. Después de discutirlo, acordaron organizar la boda en un prado.

La Señora Ji dijo felizmente que no se entrometería en los asuntos de los jóvenes y que les dejaría hacer lo que quisieran. Por lo tanto, Ji Xinglan y Yan Qiu fueron los que prácticamente manejaron todo el procedimiento por su cuenta.

Como el verano estaba a la vuelta de la esquina, la hierba del jardín era verde y exuberante.

En el centro del césped había una alfombra blanca que formaba un largo camino. A sus lados había rosas y globos. Yan Qiu y Ji Xinglan tuvieron que atravesar tres arcos decorados con flores y gasas. Había un escenario para la ceremonia, y a los lados del camino había sillas colocadas ordenadamente para los asientos VIP.

Los músicos tocaban repetidamente la Marcha Nupcial detrás del escenario.

Cuando era casi mediodía, llegaron los invitados.

Yan Qiu vio algunas caras conocidas entre la multitud.

Li Chengyan y Xie Yu ya habían mencionado antes que estaban aquí para ser los padrinos. Xie Yu llevaba un traje adecuado e incluso se puso una pajarita, lo que le hacía parecer un auténtico caballero.

Sin embargo, cuando el personal le puso el boutonnier para las damas de honor, Xie Yu pareció desconcertado. ―¿Por qué soy una dama de honor? 

Yan Qiu levantó la vista y lo vio. Se rió y se encogió de hombros.―Sólo tienes que llevarlo.