Mimosa - Nadie sabe que te quiero

C089 - No es tan feo, ¿verdad?

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Después de trabajar duro, Yan Qiu durmió como un muerto.

A la mañana siguiente, al despertarse en los brazos de Ji Xinglan, miró el reloj. Eran sólo las siete, así que se recostó contra Ji Xinglan.

Mientras dormía, Yan Qiu besó disimuladamente sus ojos. Fingiendo que no pasaba nada, se sentó para vestirse.

Acababa de ponerse el jersey en la cabeza y ni siquiera había tenido tiempo de ponérselo, cuando estornudó.

Ji Xinglan abrió inmediatamente los ojos y tiró de la manta sobre Yan Qiu. ―¿Te sientes mal?

Acababa de despertarse, así que la voz de Yan Qiu aún era nasal. ―No.

Pero aun así se echó el jersey por encima rápidamente. Luego se puso otro encima.

Si no se ponía capas gruesas podría acabar realmente enfermo.

Cuando Yan Qiu bajó al comedor, encontró que la Señora Ji parecía haberse ido anoche.

Ji Xinglan le había dicho ayer que ésta era la mansión de la familia Ji. Después del divorcio de sus padres; su padre se trasladó a la Ciudad A, y su madre se mudó decididamente. Ni siquiera se quedó a dormir.

Pero Ji Xinglan había crecido en este lugar, así que se negó a mudarse. Resignada, la Señora Ji sólo pudo hacer que el mayordomo se quedara aquí con él.

Después del desayuno, Ji Xinglan tomó la temperatura de Yan Qiu. Al no encontrar nada malo, le apartó suavemente el flequillo y le pidió que se tumbara en la cama, mientras le preparaba un té de jengibre.

En el momento en que Ji Xinglan salió y cerró la puerta detrás de él, Yan Qiu, envuelto en la manta, extendió la mano arduamente para buscar su terminal. Al encontrarlo en su mesita de noche, lo recogió.

Hoy se despertó temprano porque había estado pensando en algo.

Había visto un anuncio de contratación de militares en la página web de la escuela hace dos días.

La inscripción online para la misma iba a comenzar hoy a las 8 de la mañana. Yan Qiu quería solicitarlo, así que esperó a que llegara el momento de entrar en la página web de la escuela y leer los requisitos de contratación.

No era la primera vez que Yan Qiu pensaba en su futuro.

Podrían acabar cogidos de la mano mientras el sacerdote daba testimonio y todo el mundo los aclamaba. Entonces, vivirían el resto de sus vidas juntos.

Ji Xinglan era el mejor estudiante de la escuela militar. Con sus resultados, después de graduarse, no había duda de que entraría a trabajar en las fuerzas aliadas. Si lo hacía bien, incluso podría ocupar el puesto de su padre.

Pero si lo hacía, acabaría recorriendo el mismo camino que los padres de Ji Xinglan. Ambos se veían poco debido al trabajo de Ji Nai. Con el tiempo, la pasión y los sentimientos del uno por el otro se desvanecieron. Al final, se separaron.

Aunque sabía que los sentimientos de Ji Xinglan por él no se erosionarían, sabía que no podía ser tan egoísta y utilizar el amor para impedir que Ji Xinglan tuviera un futuro brillante. Yan Qiu se sintió ansioso.

Basado en su estado actual y con lo mucho que le gustaba a Ji Xinglan, definitivamente haría todos los arreglos para él. La Señora Ji también había mencionado varias veces que Yan Qiu podría ir a ayudarla en su empresa en el futuro. Si no quería, también podía simplemente quedarse en casa.

Pero Yan Qiu era un alfa de corazón, y alguien que valoraba mucho su orgullo. Podría estar saliendo con Ji Xinglan, pero no quería aprovecharse de la otra persona.