Capítulo 16: El Festival de Mayo

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Algunos días habían pasado desde el cumpleaños de Marinette, días en los que rara vez miraba a Adrien en la escuela y le era inevitable no preocuparse por él. Si estaba bien, si había comido, si todo marchaba bien con él. Unos toques a su puerta la hicieron salir de su distracción. – Adelante – indicó. – Marinette, la hermana Nathalie quiere hablar contigo – le mencionó la hermana Lena. La azabache asintió un tanto insegura y se dirigió a su oficina. Abrió la puerta y pidió entrar. - ¿Me quería ver? – preguntó con timidez. La mujer asintió mientras revisaba unos papeles en el escritorio. – Siéntate – Marinette obedeció y se sentó frente a ella. – Como sabes en dos días es el festival de mayo – comenzó a decir. – Si, estoy más que preparada y – la monja la interrumpió. – Tienes prohibido participar – la sorpresa se dibujó en el rostro de Marinette.

¿Po-por qué? – preguntó sin entender. – Porque causaste un embrollo con lo del señor Rosk. Su familia vendrá al festival y no quiero preguntas acerca de lo que pasó. Si no saben que fuiste tú la causante de que su hijo saliera del colegio, no habrá más problemas – Marinette negó incrédula. – Me golpeó y casi abusa de mí, ¿y la culpable soy yo? – preguntó golpeando el escritorio. – Marinette, compórtate – la azabache negó. - ¿Compórtate? ¿Y él no se debió comportar? – dijo molesta. – Basta Marinette. Es una orden, retírate – las mejillas de la azabache estaban rojas de la furia que la recorría, para su mala suerte, debía obedecer. Incluso sin Alek ahí, seguía haciéndole la vida imposible. Se decidió por ir a la colina, necesitaba respirar aire puro y tranquilizarse. Se sentó mirando en dirección a la ciudad e inhalando las brisas de aire que anunciaban la llegada del próximo verano.

¿No deberías estar en tu habitación? – la voz de Adrien la hizo voltear de inmediato. – Adrien – dijo con sorpresa. El rubio se sentó a su lado. - ¿Qué haces aquí a esta hora? No tarda en anochecer – preguntó. – La hermana Nathalie me prohibió participar en el festival – dijo desanimada. - ¿Te lo prohibió? ¿Por qué? – preguntó confundido. – Por lo que pasó con Rosk – respondió abrazándose a sí misma. – Quieres que yo – intentó decir Adrien, pero ella lo interrumpió. – Está bien, no pasa nada. Quizás el siguiente año se pueda. ¿Podrías hacerme un favor? – pidió. El rubio asintió. – Si sales del colegio, ¿le avisarías a Thomas que no participaré? No me gustaría que viniera en vano – dijo con una leve sonrisa. - ¿Estás segura que no quieres que intervenga? – preguntó el rubio. Ella asintió. – No me gustaría causarte problemas, pero gracias – dijo poniéndose de pie.

Adrien sonrió no muy convencido. – No le des importancia, en un mes aproximadamente comienzan las vacaciones de verano – Ella asintió. – Lo sé. Deseo salir de Londres lo más pronto posible, me gustaría pasar el verano en mi casa – admitió. – Ah, con tu familia – dijo Adrien algo desanimado. – En el hogar de las flores, con la señorita Bustier y todos los niños – explicó. – Realmente en la casa de los Dupain no tengo quien me espere – finalizó con algo de nervios. Adrien rio levemente y sin decir palabras miró como quitó un mechón de su cabello, dando a notar sin querer que llevaba puestos los aretes que él le había regalado. – Lindos aretes – dijo con diversión. Marinette enrojeció e intentó reír. – B-bueno se-se volvieron mis favoritos y – Adrien cambió su expresión. - ¿Tus favoritos? – preguntó como si no creyera lo que oía.

Es decir – él rascó su cabeza. – Supongo que tienes otros mucho más finos o costosos y – ella lo interrumpió. – Tengo algunos, pero... estos son los únicos que importan, quiero decir – Adrien sonrió levemente al verla intentar explicarse. – Los que tengo me los ha dado el abuelo, pero en realidad no lo conozco; no es que no me importen claro – dijo riendo levemente. Adrien esbozó una sonrisa. - ¿Cuándo es tu cumpleaños? – preguntó ella cambiando abruptamente el tema. – Septiembre 13 – respondió. – No falta tanto – dijo con una leve sonrisa. Siguieron hablando un rato más acerca de mil cosas. Era tan fácil para el otro pasar el tiempo juntos, era como si se complementaran. La fecha esperada del festival por fin llegó, tal como la hermana Nathalie lo ordenó, la azabache se quedó en su habitación, inclusive cerraron su puerta con llave. Sin contar que las burlas de Chloe y sus amigas no se hicieron esperar, pero poco le importaba. Marinette estaba recostada en su habitación, podía escuchar la música y se desanimó, tenía tantas ganas de su primer festival de mayo en el colegio, pero nada se podía hacer.

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Where stories live. Discover now