Junio, 1918
- Te emociona volver a Chicago, ¿No es así? -
Ante tal pregunta, Marinette sonrió.
- ¿Se nota demasiado? - cuestionó con notable emoción.
El muchacho a su lado, simplemente sonrió, mirando lo largo de las vías del tren.
- Es muy notorio, Marinette. Pero... Entiendo que quieras volver, tu vida está allá y la seguirás en Nueva York, cuando seas una excelente jefa de enfermeras -
Marinette abrazó al médico militar a su lado. - Gracias por todo, Dominic. Por tus atenciones, tu amistad, por tus enseñanzas -
El castaño de ojos cafés, la envolvió en sus brazos.
- Maldición, Marinette. Despedirme de ti, será más difícil de lo que creí - admitió.
Se separaron y ella le brindó una cálida sonrisa. - Tampoco es fácil para mí, pero tengo que volver. Chicago es mi ciudad, allá están mis amigos, mi familia... Mi mejor amiga se casa. No quisiera irme, pero... -
- No te vayas, quédate. Cualquier hospital de aquí podría contratarte. La ciudad te encantó, Marinette. No veo el motivo por el que no te quedes -
Ella sonrió con suavidad, abrazándose a si misma. - Si, la ciudad me encantó. Pero vine únicamente a aprender y mejorar como enfermera. Mi tiempo aquí terminó y tengo una tarea que cumplir en Nueva York -
- ¿Mis ojitos de cachorrito pobre no funcionarán? - preguntó él, a lo que Marinette comenzó a reír.
- No, no caeré en ese truco otra vez -
- ¡Pasajeros con destino a Chicago! ¡Favor de abordar! -
- Bueno, esa es tu orden, morita - mencionó él ya con resignación.
- Adiós, Dominic - se despidió ella.
- Señorita Dupain, no es un adiós. Sólo un hasta luego -
- ¿Amenazas en plena despedida? Típico de ti -
Él soltó una suave risa y la tomó de las manos.
- Oye, no te desharás de mi así de fácil. Te visitaré pronto, lo prometo. Me tienes que llevar a tu espléndida casa en Nueva York. Tengo que conocer a tu padre que tiene 7 años más que tú y por supuesto, tengo que saber quién es Tikki -
Marinette sonrió y le dio un abrazo más. - Ad-... - suspiró con una sonrisa. - Hasta pronto y... Me encantará volver a verte -
- Cuídate, morita - expresó él al verla abordar finalmente.
Y poco a poco, el tren dejó aquella lejana estación, con una azabache a bordo que estaba que saltaba de la emoción por finalmente regresar.
Chicago
- ¿La ves, George? - preguntaba Thomas con impaciencia. El tren había llegado finalmente después de más de un día de viaje a Chicago. Pero entre tanta gente, no conseguía ver a Marinette.
- No, señor. No la veo. ¿Está seguro que este es el tren que esperamos? -
- ¡Claro que si! Marinette me envió los datos cuando compró su pasaje, tiene que ser este - dijo Thomas con seguridad.
- Entonces busquémosla, una azabache de ojos azules, no muy alta, cabello largo y una mujer que no se calla - bromeó George haciendo reír a Thomas.
- Su largo cabello será lo más fácil de identificar - apoyó.
- ¿Seguros que el cabello largo es mi punto débil? - preguntó una tenue voz tras ellos.
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Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)
FanfictionMarinette Dupain Cheng, la heredera de una de las familias más ricas de los Estados Unidos será enviada a un colegio en Londres para aprender a comportarse. Adrien Agreste, el hijo de uno de los hombres más ricos de Inglaterra y quien financia el c...