Capítulo 31: Decisiones

400 49 16
                                    

El tiempo nunca para, pues seis meses pasaron rápidamente. 1912 había terminado, dando paso a un nuevo año: 1913. La primavera había comenzado hace unas semanas, la nieve se había ido. Y el verde, era el color que caracterizaba todos los alrededores de aquel orfanato. E irónicamente para cierta azabache, ese precioso verde, siempre le recordaba los ojos de Adrien.

Aquellos ojos que desde hace casi ocho meses no miraba. ¿Qué había pasado con Adrien? No tenía idea. ¿Estaría acaso en Broadway cumpliendo su sueño de ser actor? ¿Estaría acaso con Emilie? Eran las preguntas que más rondaban su mente. Pero había una más en la que ni siquiera quería pensar. A esas alturas, ¿Adrien había conocido a alguien más?

Ante tal pensamiento siempre sacudía su cabeza. Siempre guardaba esa esperanza de volverlo a ver, de estar con él y sólo con él. Desde que había llegado al Hogar el año anterior, Marinette decidió quedarse ahí. Ya no era más una Dupain, y ciertamente no se arrepentía. Quería tomar sus propias decisiones, tal como lo hacía Thomas, tal como lo hacía Adrien. Dos personas a las que ella quería mucho. Dos personas de las que desde hace mucho, no tenía notícias.

La azabache estaba cuidando los niños más pequeños del orfanato, cuando fue interrumpida. - Marinette, ¿Puedo hablar contigo un segundo? - pidió Anna. La azabache asintió y salió de ahí. - ¿Qué pasa hermana? - preguntó. - Una vieja amiga mía vendrá a revisar a los niños mañana, quería ver si podías ayudarme con ellos, convencerlos para que se dejen revisar, algunos son muy miedosos - pidió amablemente.

¿Revisar? ¿Por qué? - preguntó Marinette arqueando una ceja. - Ella es la directora de la escuela de enfermería en Rosewood, a unas horas de aquí. Me envió una carta hace días para ofrecer sus servicios con los niños - explicó. - ¡Eso es fantástico! ¡Es una buena iniciativa! - dijo con emoción. Anna asintió. - Tienes el don de convencer con facilidad, explícales que no será tan malo -

Al día siguiente, Marinette se encargó de tener a todos los niños bien arreglados, si bien sus ropas no eran las mejores, se había esmerado en que  todo estuviera bien cocido. Además, de que todos estuvieran ya alimentados y bañados. - Marinette, es hora que vayas a la estación - le pidió la señorita Bustier. Al ser la primera visita de esa mujer al orfanato, tenían que ir por ella a la estación, así fuera caminando.

Después de una corta caminata, Marinette llegó a la estación. No había mucha gente ahí, pero se dió cuenta de que el tren ya había llegado. No sabía cómo lucía la mujer físicamente, pero según sabía, era algo mayor. Miró a una mujer de cabello oscuro y lentes. - Disculpe señora, ¿Usted es Gina? - preguntó con amabilidad. La mujer asintió. - ¿Tú eres Marinette? ¿La chica de Anna? - la azabache asintió con orgullo.  - La hermana Anna y la señorita Bustier la esperan en el Hogar, vamos -

Comenzaron el camino de regreso. Marinette ofreció llevar su maleta, pues parecía algo pesada. La mujer aceptó sin decir nada. - Así que tiene una escuela de enfermería - comenzó a decir Marinette. Gina asintió. - Mi escuela es la mejor de la ciudad, muchas de las enfermeras de ahí son enviadas a hospitales más grandes, como en Chicago o Nueva York. Nos encargamos de formar buenas enfermeras, dedicadas y amables con los pacientes -

Marinette la escuchaba con atención. - Supongo que tienen que saber hacer muy bien su trabajo y no cometer errores - mencionó. Gina asintió. - Así es, pero no todo se basa en lo que sabes hacer al paciente, en su tratamiento o sus cuidados. También se trata de ser amable y noble. Los enfermos tienen demasiados problemas como para no darles un buen trato -

Marinette sonrió levemente. - A veces un simple gesto de amabilidad puede hacer la diferencia - Gina le sonrió. Después de un rato, llegaron finalmente al orfanato. - ¡Gina que gusto verte! - saludaron las hermanas. En cuanto los niños la vieron llegar, muchos de ellos corrieron asustados. -  Mientras menos perdamos tiempo, mejor. Comenzaré con los más grandes -

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora