Capítulo 74: El último

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Tres semanas se habían ido con suma rapidez, septiembre estaba casi a la vuelta de la esquina y con ello, el matrimonio de Adrien con Kagami se acercaba. Y probablemente, la estancia de Marinette en Nueva York, pronto se acabaría. 

Adrien no había visto a Marinette en esos días. Evitaba verla de ser posible. Marinette por su lado, evitaba ir al área de rehabilitación en los horarios establecidos para Kagami. 

Les seguía siendo difícil luchar contra sus sentimientos estando tan cerca. 

Y aunque no lo hacía de mala intención, Nathaniel se aprovechaba en ciertos momentos de esos episodios de soledad o desánimo que Marinette presentaba. Esos de los que ella ni siquiera notaba en sí misma y los que aunaba a la carga de trabajo. 

- Me gustó visitar la cafetería del centro, deberíamos ir otra vez, Marinette - insistió el pelirrojo, visitando por "mera casualidad", la oficina de la azabache. 

Marinette organizaba unos papeles y sonrió ante la insistencia. - Me temo que tendrás que ir solo, yo tengo mucho trabajo pendiente - indicó en tono sereno. 

- Anda, será divertido - 

La azabache se levantó, caminando hacia unas gavetas con documentos. - Quizás otro día, pero hoy no. Lo único que quiero, es ir y descansar a mi casa - Nathaniel rodó los ojos y resopló ante la negativa de la enfermera. 

Y afortunadamente para Marinette, Anne los interrumpió. - Perdón la interrupción, doctor Kutzberg, lo necesitan afuera de quirófano - anunció. - Claro, claro. Siempre son así. Te veo más tarde, Marinette - 

- Suerte - fue lo único que ella expresó al verlo salir por la puerta. 

- Por fin, paz interior - bromeó Marinette. Anne caminó hacia ella, un tanto nerviosa. 

- Enfermera Dupain... - ante tal nombramiento, Marinette la miró con extrañeza. - ¿Qué ocurre, Anne? - 

La joven le extendió un sobre, con un sello que Marinette reconocía perfectamente. - Es el sobre que estaba esperando, ¿no? - los dedos delgados y temblorosos de la azabache, eran quizás la respuesta. Una afirmativa. 

- Si. Me dirán si... Permaneceré aquí o seré transferida al frente - 

Adrien caminaba por los pasillos del hospital esa tarde, había recogido las medicinas de Kagami y tenía intenciones de marcharse a casa. Y la intención se vio interrumpida al ver a Marinette sentada en una de las bancas del jardín. 

Son casi las siete y aún sigue aquí. Razonó. Su corazón latía como un loco al verla otra vez. Después de lo que para él, se había sentido como una eternidad. 

Dudando y queriendo, caminó hacia allá. Por suerte, el área estaba despejada de pacientes, de enfermeras y de doctores, únicamente eran ellos dos. 

- Hola - saludó apacible, con una ligera sonrisa. 

- Hola, Adrien - respondió doblando el papel en sus manos. 

- ¿Me puedo sentar? - cuestionó. Ella dio un leve asentimiento y se recorrió un poco. - Tenía... días sin verte - mencionó él. 

Ella rio con ligereza. - Si, lo sé. He tenido mucho trabajo, demasiado y cuando no salgo de la oficina, me la paso en quirófano o dando clases. Esta noche... sólo quiero dormir. Sólo eso pienso hacer - 

Adrien sonrió. - Es el deber de la jefa, supongo - bromeó. Marinette suspiró, exhalando profundo. 

- Siento un dejá vu, ¿Sabes? - mencionó ella mirando hacia el frente. - ¿A qué te refieres? - ante su cuestionamiento, volteó a ver a Adrien. - Tú y yo solos, con un jardín a nuestro alrededor, el viento de la tarde soplando... me recuerda a esos días en el colegio. Yo me escapaba de las aburridas lecciones de dama y tú... pues salías a fumar - 

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Where stories live. Discover now