Capítulo 72: Mártir

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A pesar de saber que su mejor amigo era el dueño de una inmensa fortuna, y por ende, propiedades y otras cosas, Adrien no podía dejar de asombrarse por el lujo que rodeaba a Thomas.

En esa ocasión, precisamente esa fresca noche de verano, Thomas celebraba su cumpleaños número veintinueve. Había decidido hacer una pequeña reunión en la mansión de los Dupain.

Y obviamente, Adrien no podía faltar. Llegó puntual, vestido en un elegante traje negro, con el porte y posición que corría por sus venas.

Como si siguiera siendo un Agreste en toda la extensión de la palabra.

Recorrió el jardín frontal de la mansión, dejando que el aroma del césped recién cortado inundara sus fosas nasales.

- Bienvenido, señor. Pase -

El acceso que el empleado le dió, daba directo a un salón de medio tamaño, y era que Thomas no haría una gran celebración, dado a qué no eran cosas que iban con él. La reunión era simple, con los más allegados a él.

- Adrien, que bueno verte - Thomas fue el primero en darle la bienvenida. El rubio le dió un abrazo. - Feliz cumpleaños, amigo. Te traje un pequeño obsequio -

- No te hubieras molestado, el mejor regalo es haberte vuelto a ver. Y que sigamos siendo amigos -

Adrien sonrió. Y era que en realidad, Thomas era su único amigo.

- ¿Te gustaría beber algo? ¿Algún bocadillo? -

Adrien y Thomas se quedaron conversando durante un rato, hasta que la vista de Adrien se centró en Dominic, quien iba llegando.

- Thomas, que gusto verte de nuevo. Feliz cumpleaños - saludó con entusiasmo y dándole un abrazo al castaño.

- Lo mismo digo, Dominic. Gracias por venir -

- ¿Y Marinette? -

Y sólo bastó esa simple pregunta para que Adrien se amargara.

- Está por bajar -

- ¿Quién está por bajar? -

La vista de los tres, se centró en Marinette, que recién había llegado a la estancia, luciendo un bonito vestido en color verde esmeralda.

Adrien sonrió con suavidad al mirarla. Estaba divina.

Y no importaban las otras mujeres que estaban en la misma reunión. Él sólo tenía ojos para Marinette.

- Ya era hora. Cómo siempre, llegando tarde a todos lados, Dupain - las palabras de Dominic lo sacaron de su ensoñación.

Marinette sonrió ante su broma. - Me encanta impresionar - expresó guiñando un ojo.

- Padre, feliz cumpleaños - bromeó.

Thomas rodó los ojos y la envolvió en sus brazos. - Me has dicho feliz cumpleaños desde la medianoche, guarda silencio cinco minutos -

- Lo guardaré. Quiero champán, ¿Vamos por una copa? - cuestionó mirando a Dominic. El doctor sonrió, esperando a que ella lo tomara del brazo. Y así lo hizo Marinette.

- Creo que a tu hija le falta educación - murmuró Adrien con cara de pocos amigos y dándole un trago al whisky en su mano. Thomas sonrió.

- Si enamorarse es ignorarse mutuamente, no lo quiero hacer -

Adrien lo imitó con una mueca.

- También es morir de celos por verla en brazos de otro -

Thomas palmeó su espalda. - Celos injustificados, porque sabes que ella te ama - le recordó. - Iré a saludar a unos viejos amigos de mi padre, ahora regreso -

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt