Capítulo 4: El Interior de un Sobre

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La noche había inundado el colegio Françoise Dupont, la hora de la cena se había hecho presente. – Mmm... que rico – dijo Marinette en voz alta, limpiándose el rostro y levantándose. La hermana Lena le llamó la atención. - ¡Marinette! – la azabache se asustó un poco. – Lo lamento, olvidé que no debo de levantarme antes de que todas hayan terminado – se disculpó. La monja sólo negó con una leve sonrisa. Las risas de Chloe y sus amigas en los asientos frente a ella, no se hicieron esperar. – Que manera de comer Dupain Cheng – dijo Chloe a carcajadas. - ¡qué modales! – expresó la otra. Marinette se encogió en su asiento y observó los platos de las chicas, los cuales seguían medio llenos. "¿No les gustará lo que comen? Es un desperdicio dejar comida en el plato". Pensó para sí misma.

Bien, si ya terminaron, procederé a repartir la correspondencia – dijo la hermana Lena levantándose de su asiento. – Sabrina Raincomprix – mencionó, primeramente. La pelinaranja se levantó feliz y recogió la carta que le habían enviado. – Chloe Bourgeois – prosiguió la monja. - ¿Te escribieron Chloe? – preguntó una de sus amigas. – Claro que sí tonta, ¿qué no ves? – la rubia recogió varias cartas y presumiendo el montón a sus amigas habló en voz alta. – Tendré que contestar muchas cartas – dijo arreglando su cabello. – Señorita Nino... oh, esta carta es para uno de los chicos – expresó al darse cuenta del error. - ¿Quiere que la lleve hermana Lena? – preguntó Marinette con emoción. La monja negó. – No, yo lo haré – respondió dejando la carta de lado y siguiendo. Una sonrisa ladina se pintó en su rostro. – Marinette Dupain Cheng – mencionó mirando a la azabache.

¿Carta para mí? – preguntó incrédula y totalmente emocionada. Se apresuró a recogerla. - ¡Es de América! ¡Señorita Bustier! – gritó de felicidad y alegremente, comenzando a festejar frente a las demás. - ¡Marinette, compórtate! – le dijo la hermana Lena. Chloe y sus amigas la miraban con molestia. – Lo siento – expresó sin ocultar su alegría. Se dirigió fuera del comedor y en un pequeño estudio a solas, se sentó a leer la anhelada carta, la cual pertenecía a la señorita Bustier, la mujer encargada del orfanato de las flores y quien, junto a su hermana, se encargó de cuidar a Marinette desde el día que apareció en la puerta del lugar, y no sólo a ella. A muchos niños más a través de los años. Ciertamente, era como la madre que nunca tuvo.

"Querida Marinette, deseamos de todo corazón que estés disfrutando tu nueva vida en Londres. Todo aquí sigue igual, a excepción de que tenemos unos cuantos cabritos más y bastantes cerditos. Los niños te extrañan mucho, siempre se preguntan cuándo regresará su líder aquí al hogar". Marinette leía la carta con anhelo de estar en ese lugar e imaginando cada momento expresado en la carta, hasta que Chloe y sus amigas la sacaron de su esfera de paz. Chloe le quitó el sobre en el que venía la carta. - ¡Devuélvemelo! – le exigió Marinette comenzando a enojarse. - ¡Por Dios! Miren chicas, viene algo escrito en el interior del sobre – dijo la rubia riendo. - ¡Qué horror! Debe ser la primera vez que eso ocurre – expresó burlona otra de sus amigas. El enojo cubría a Marinette, en cualquier momento la situación podía explotar. Chloe se rio. – El hogar de las flores es tan pobre, sólo para muertos de hambre – expresó con risas. Todo explotó. Marinette se hartó y la abofeteó tirándola al suelo.

¡No tiene nada de malo escribir dentro de un sobre! – le dijo Marinette enojada. - ¡Un momento! – intervino la hermana Lena, entrando junto a Sabrina. - ¡Marinette usó la violencia! – acusó una de las chicas. La monja asintió. – Lo vi todo – aseguró con molestia. - ¿Estás bien Chloe? – preguntó una de las chicas ayudando a levantarla. La rubia asintió ofendida. – Si, pero es imposible convivir con alguien tan violenta como Marinette – dijo la rubia sobándose el golpe en la mejilla. – Tienes razón, vaya modales – dijo una de las chicas. – Mucho peor es leer cartas ajenas, una dama nunca lo haría. Que no se les olvide señoritas, retírense – respondió la hermana Lena ignorándolas. – Her-hermana – dijo Chloe incrédula. – Les ordeno a las tres que se retiren – dijo molesta. Chloe y sus amigas salieron con la rabia a todo lo que daba. Sabrina recogió el sobre del suelo y se lo entregó a Marinette.

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Where stories live. Discover now