Capítulo 19: Emilie

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Al día siguiente, Marinette y los chicos habían sido invitados por la abuela Marianne a la residencia de los Dupain en Escocia. La sorpresa era evidente en el rostro de la azabache, pues no se esperaba dicha invitación. Optó por usar un vestido sencillo en color naranja y una hermosa diadema con dos flores del mismo color. Había seguido a la perfección las indicaciones de la hermana Lena y su herida había dejado de sangrar y se recuperaba rápidamente. Una vez en la gran casa, todos entraron y fueron recibidos por la abuela. - Es un gusto verlos nuevamente, niños - saludó a Nino, Max, Chloe y a Luka. Marinette estaba tras Nino y Max un poco nerviosa por la situación. Marianne la miró con seriedad. - Es bueno verla abuela - saludó la azabache tomando la iniciativa.

Para ti soy la señora Marianne, no tu abuela, no lo olvides Marinette - dijo dando la vuelta. Cierto, sabía que no era su abuela, pero aún así dolía. Las burlas de Chloe y Luka no se hicieron esperar. - Entonces no sé por qué me invitó. Si no me quiere aquí, me puedo ir - se defendió. - Que altanera, lo de ser huérfana no se te quitará jamás - mencionó Chloe. - Basta Marinette. Muy a mi pesar eres miembro de esta familia, de no ser por William. Y te guste o no, quien manda aquí soy yo y me debes respeto - dijo la arrogante mujer. - ¿Respeto? ¿Y usted no me debe respeto a mí? El respeto se gana señora. A quien le debo las gracias solamente es al abuelo y muy a su pesar, soy su hija, así que tanto o más derecho que usted tengo de estar aquí - dijo molesta.

Marianne se abanicó de la impresión por semejante respuesta. - Lo insolente no se te quitará nunca - respondió finalmente. - Marinette, ven. Hay algo que quiero mostrarte - dijo Nino tomándola de los hombros y llevándola junto a Max hacia las habitaciones del segundo piso. Entraron a una y cerraron la puerta. Marinette casi lloraba de la impotencia que sentía. - Lo siento, sé que no debí decirle eso - se disculpó. Los morenos negaron. - Ella no tiene derecho a tratarte así, también debe reconocer sus errores - dijo Max. Ella limpió de su rostro las pocas lágrimas que lograron salir. - Sé de algo que te puede animar - Nino sacó de un baúl, un cofre en color rosa y del interior sacó una vieja fotografía. - Mira - ella la tomó y una hermosa mujer llamó su atención. - ¿Quién es ella? - preguntó.

Era la madre de Louis - ella se sorprendió. - Su nombre era Diane - continuó Max. - Wow, era muy bonita. Louis me habló un poco de ella, lo recuerdo. Dijo que ella amaba las rosas y que por eso las cultivaba - mencionó ella. Ambos asintieron. - La tía Diane era increíble y una gran mujer. Sus ojos eran verdes como los de Louis, era hermosa. Desafortunadamente murió joven - finalizó Nino. Unos toques a la puerta los hicieron voltear. - La comida está servida - dijo una mucama entrando. - Vayan ustedes. Yo ah... Prefiero quedarme aquí - mencionó la azabache. Nino y Max se miraron y salieron de la habitación. Ella se quedó ahí, tomando asiento en el balcón y mirando los alrededores.

Unas horas después, Marianne estaba en la sala con los cuatro nietos, cuando fueron interrumpidos por el mayordomo. - Señora Marianne, tiene visita - la mujer asintió y cierto rubio hizo aparición en la sala de la casa. - Adrien - mencionó Chloe con asombro. - Joven Agreste, que gusto tenerlo aquí, bienvenido - el rubio asintió y le sonrió. - ¿A qué debemos su visita? - preguntó Marianne. - Vine a buscar a su nieta - respondió. Chloe se emocionó y la abuela también. - Es un honor que usted y Chloe - el rubio la interrumpió en seco. - Vengo por Marinette - aclaró. - Alya me dijo que estaría aquí y necesito hablar con ella - explicó. - Marinette está indispuesta - intervino Chloe. - John, llámala - ordenó Nino. Chloe se acercó a la abuela y comenzó a decirle cosas al oído. Nino se acercó a Adrien. - Sácala de aquí - le dijo en un susurro. Adrien asintió pues se daba una idea del por qué todos estaban abajo y ella arriba, apartada de todos.

Momentos después la azabache bajó. - Hola Marinette - saludó él con una leve sonrisa. Ella asintió con seriedad. - Señora Marianne, ¿Me da permiso de llevarme a su nieta? - preguntó el rubio. - No necesito ningún permiso Adrien. No soy nieta de la señora Marianne, ella misma lo dijo. A ella no le debo nada, vamos - se adelantó y salió de la casa. Tal respuesta de ella dejó a todos sorprendidos, sobre todo a Adrien. Ella iba caminando con rapidez, salieron de la casa y recorrían los alrededores. - Marinette, ¿Te puedes esperar un momento? - preguntó él deteniéndose. Ella volteó a verlo. - ¿Querías salir no? Ya estamos afuera - dijo con molestia. - Pero no así, quiero que me escuches - pidió. - Ahora sí, Marinette escúchame, y ayer te pedí que me escucharas y me ignoraste - le gritó la azabache. Él iba tras ella. - Sabes que el tema de mi madre no es fácil - dijo deteniéndola del brazo con suavidad. Ella lo miró. - Lo sé y lo entiendo. Pero yo no tengo la culpa Adrien - dijo soltándose. El chico rodó los ojos y se paró frente a ella. - Lo sé, lo sé. Fui un imbécil ¿Sí? Un idiota que no midió las consecuencias y te lastimó... En más de un modo - dijo levantando su brazo vendado. - Adrien, no - él la interrumpió. - No fue mi intención lastimarte, te lo juro. Estaba muy molesto por la insistencia de Emilie y me desquité contigo. Lo siento - la expresión de ella cambió.

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ