Capítulo 32: Enfermera Suplente

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Cerca de nueve días habían pasado. Marinette se adaptaba rápidamente a su nueva vida de hospital. Había aprendido mucho en sus clases de enfermería. Tal como le dijo Nathaniel aquella vez, "el cuerpo humano es asombroso". Y ayudar a salvar vidas lo era aún más. Cierto, le faltaba muchísimo por aprender y apenas había aprendido lo básico. Cómo curar heridas pequeñas, cómo recibir a un paciente, en fin. Esa preciosa mañana de septiembre, le tocó atender una habitación de pacientes femeninas.

Tal cómo le habían enseñado, revisó el expediente de cada una y les dió sus medicinas a la hora adecuada. - Señorita, ¿Podría cambiarme el vendaje? - preguntó una regordeta mujer. - Sí - respondió sin expresión. "Aún no me enseñan eso, pero lo intentaré". Pensó con ánimo. Comenzó a quitar la venda del brazo de la paciente con cuidado y colocó una nueva, dando vuelta alrededor de su brazo.

"Tengo que hacerlo bien, si no, se puede molestar". Pensó preocupada. Tal preocupación, llegó al grado de que no se dió cuenta en qué estado estaba la paciente. - Señorita, creo que no lo hizo bien - dijo la mujer con tranquilidad y una pequeña sonrisa.

Marinette dió un pequeño grito y cubrió su boca. - Perdón señora, casi la dejo como momia - se disculpó apenada, consiguiendo hacer reír a todas las pacientes del cuarto. Lila quien pasaba por el pasillo, escuchó las risas. - ¡Guarden silencio! Se supone que están enfermas - irrumpió con tono fuerte y severo, como siempre.

Marinette, no eres su payasa para divertirlas - la retó. - Limítate a hacer tu trabajo bien - dijo haciéndole señal al vendaje mal hecho. Lila cerró la puerta de un golpe. Si bien no era el modo de arreglar las cosas, la azabache si se sentía apenada. La misma paciente tomó su mano. - Tranquila, ser enfermera no es fácil. Es cuestión de ser "paciente" - dijo con diversión.

Marinette le sonrió. - Gracias, y disculpe el error, aún no aprendo cómo ponerlos correctamente - admitió. La mujer negó. - No hay problema, me gusta la gente que no se rinde - aseguró. Esa misma tarde después del almuerzo, todas las recién ingresadas como estudiantes fueron citadas a la oficina de la jefa de enfermeras. - Como bien saben, hay pacientes en cuartos privados. De esos pacientes se hacen cargo las enfermeras que tienen más tiempo aquí. Me interesa que también vayan conociendo eso, así que cubrirán 4 horas diarias después del almuerzo como enfermeras suplentes. Estarán a cargo de una enfermera quién les dirá qué hacer -

Todas las chicas escuchaban con atención. - Lila, estarás en el cuarto 9 en el segundo piso - ordenó.  Marinette no sabía porqué, pero notó una sonrisa de orgullo en Lila. - Marinette, estarás con los pacientes infantiles en el tercer piso - ordenó. Bien, no era lo que la azabache esperaba, pero era buena con los niños. Sabía cómo manejarlos, pues prácticamente había criado a muchos en el orfanato.

Una vez que la jefa salió de la oficina para darles un pequeño descanso, Rosita, Juleka y Mylene felicitaron a Lila. - ¡Qué suerte! - le dijeron. Marinette arqueó una ceja, pero no le dió mucha importancia. Al día siguiente, pasó por la habitación 9. - ¡No soy su sirvienta! - escuchó un grito del otro lado de la puerta. "Lila". Pensó. Una vez que escuchó pasos hacia la puerta, se alejó con rapidez.

Pudo ver cómo Lila se quitaba las lágrimas en el pasillo. Su suplencia diaria había terminado. Minutos después, se dirigió a la oficina con las demás. - ¿Y cómo es? - escuchó que Juleka preguntó. - Pues es un hombre muy amable y educado. ¿Saben? Es sumamente rico, tiene muchas propiedades y negocios - Marinette tomó asiento. - ¿De quién hablan? - preguntó. - Del paciente con el que Lila está como suplente - respondió Rosita.

Yo escuché que es millonario - mencionó Mylene. Lila asintió. - No imaginan cuánto. Tiene una casa cerca de Chicago, en una pequeña ciudad cerca de aquí - dijo con orgullo. Marinette no le podía creer, no después de lo que escuchó y miró. De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos. - Y cuando lo llamo señor William, créanme que es más amable aún -

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Where stories live. Discover now