Capítulo 6: Amigas otra vez

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Un nuevo día en el colegio Françoise Dupont comenzaba y por azares del destino, las vidas de Alya y Marinette se cruzarían nuevamente después de tanto tiempo. Aunque ambas habían sido adoptadas por familias ricas, la situación era diferente para ambas. Pues nadie sabía que Alya se había criado en el Hogar de las Flores junto a Marinette y nadie sabía, que ellas habían sido amigas. Marinette aguardaba impaciente en su asiento, la clase estaba por empezar. Su vista se fijó en la puerta al escuchar cómo se abría, sonrió levemente al ver entrar junto a la hermana Nadia, a Alya. – Señoritas, hoy se incorpora a nuestra escuela una nueva alumna. Ella es Alya Cessaire, quien también viene de Estados Unidos.

Alya asintió con una sonrisa. – Es un placer conocerlas, espero que nos llevemos muy bien – dijo con la timidez y gracia que la caracterizaba. - ¿Sabes Alya? Tenemos otras dos compañeras en este salón que también vienen de tu país. Ellas son Chloe Bourgeois y Marinette Dupain Cheng, señoritas, por favor de pie – La rubia y la azabache se pusieron de pie y segundos después tomaron asiento. – Marinette – pensó Alya para sí misma. – El pupitre al lado de Marinette está vacío, ¿cierto? Tómalo Alya – dijo la hermana Nadia. Una sonrisa se pintó en Marinette, su mejor amiga, casi hermana de toda la vida, se sentaría junto a ella. Alya desvió su mirada. – Hermana Nadia, yo conozco a Chloe, ¿no podría eh... sentarme con ella? – pidió la morena.

La expresión de la azabache cambió. – Alya me evita, no está feliz de verme – pensó para sí misma. – Hermana Nadia, yo puedo sentarme al lado de Marinette – intervino Sabrina. La monja asintió. – Gracias Sabrina, anda Alya, toma asiento – La pelinaranja tomó sus cosas y tomó asiento junto a Marinette, Alya por su lado, se sentó junto a Chloe. - ¿Estás bien Marinette? – preguntó Sabrina a su amiga. La azabache asintió con una leve sonrisa. – Gracias por sentarte conmigo – Sabrina le sonrió y la clase comenzó. – Perdóname Marinette, pero si me sentara junto a ti quizás te hablara como a una vieja amiga – pensó la morena. Las clases avanzaron hasta llegar a un pequeño descanso. Chloe y sus amigas se dirigieron con Alya. - ¿Tú sabías que Marinette se crio en un orfanato? – preguntó una de ellas. – Si, un tal Hogar floral o algo así – continuó Chloe riendo con burla.

Alya sólo bajó la mirada. – Chloe, no es el Hogar floral. Es el Hogar de las Flores, es un lugar muy hermoso y está en las montañas, que no se te olvide – intervino Marinette en defensa del lugar y se fue. – Ja, esa chica es la más descarada que he visto – dijo una de ellas. – Alya, ¿estás bien? – preguntó Chloe. – Estás pálida – concluyó. Alya asintió. – Si, sólo estoy un poco cansada, quizás sea por el viaje – respondió con nerviosismo. Las campanas sonaron anunciando por fin el receso. Marinette estaba sola en la biblioteca estudiando cuando sintió una mano en su hombro. – Max, ¿qué haces aquí? – preguntó sorprendida. – Debes irte, nos echarán si nos ven hablando – dijo ella con preocupación. – Tengo permiso de estar aquí, vamos. Nino está en uno de los salones familiares, está con Alya, sería lindo que se conocieran – Marinette asintió con una leve sonrisa y siguió a Max. En el cuarto de reunión, había unos cuantos sofás, una mesa en el centro, té y galletas. La azabache entró junto a Max y miró a Chloe y a Alya hablando. - ¡Marinette! – dijo Nino con entusiasmo al verla llegar.

Alya notó eso y su expresión cambió. La hermana Lena entró al pequeño cuarto donde estaban los más jóvenes del clan Dupain: Nino, Max, Chloe, Luka y Marinette. – Jóvenes, les han enviado esto – dijo mientras un empleado entraba con unas cajas. - ¡Regalos! – dijo Chloe con emoción. Únicamente cuatro regalos presentes. – Todos son de la señora Marianne Dupain – dijo retirándose. – Éste es de Nino, éste de Max, éste de Chloe y éste para mí – dijo Luka repartiendo los obsequios. Marinette no dijo una palabra, era obvio que la abuela no enviaría algo para ella. – Que sorpresa que nunca te manden nada, ¿no Marinette? – dijo Chloe riendo. Unos toques se escucharon en la puerta. – Acaba de llegar esto – irrumpió la hermana Lena. - ¿Más obsequios? – preguntó Luka. – No, éste es sólo para Marinette y viene junto a una carta – dijo dirigiéndose a la azabache y dándole la gran caja, que, por cierto, era más grande que los demás; y un hermoso sobre.

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin