Nunca respirar de nuevo al aire de Chicago, había hecho que Marinette se pusiera nerviosa como en esta ocasión. El paisaje primaveral empezaba a ser reconocido por ella con facilidad, señal de que pronto llegaría a la estación de trenes de la ciudad.
Decidió junto a Adrien hablar finalmente con Thomas. Pues era algo que inevitablemente se tenía que hacer, y aprovechando que el castaño había regresado de su viaje según los periódicos nacionales, era el momento de hacerlo.
Marinette le envió un telegrama pidiéndole verse y por supuesto que Thomas había accedido. Pero aún estaba en ella el temor de que todo fuera una trampa otra vez. Y por esa misma razón, Adrien iba con ella.
El silbato del tren y la fuerte voz del conductor, anunciaron que ya estaban en su destino.
Sintió la mano de Adrien sobre la suya y no evitó sonreírle.
- Todo estará bien, Marinette. Nada pasará esta vez, te protegeré con mi vida. Lo prometo -
Ante la promesa tan linda de Adrien, ella le dio un beso suave en los labios y le acarició la mejilla.
- Lo sé. Sólo... - ella suspiró. - Le informé a tu padre de esto. Tuve que hacerlo - confesó.
Adrien parecía genuinamente sorprendido, pero tal acto no le molestó. Pensó que si quizás todo se complicaba, la ayuda de Gabriel les sería de mucha utilidad.
- Me parece bien que esté informado. Si algo se presenta, él podrá respaldarnos -
Al sólo recibir un breve asentimiento nervioso de parte de Marinette, Adrien le acarició el rostro.
- ¿De verdad estás bien? Quizás debimos esperar a que mejoraras, has estado débil los últimos días - mencionó él con un poco de preocupación.
Marinette negó un tanto empecinada y sonriendo ligeramente. - Estoy bien. Anda, bajemos. Entre más rápido terminemos con esto, será mejor -
Una vez en la entrada de la conocida mansión, Marinette sintió cómo su estómago se revolvía y la palidez le inundaba el rostro. Los recuerdos de la última vez que estuvo ahí, no le eran precisamente gratos, pero con Adrien a su lado, todo lo malo parecía desvanecerse. La mucama los hizo pasar al recibidor y afortunadamente, no tardó mucho en volver.
- El señor Dupain los espera en el gran salón. Está con la señora Marianne, el señor Couffaine y la señorita Bourgeois -
Adrien sintió cómo el agarre de Marinette sobre su mano se intensificaba, le dio un ligero apretón y le acarició la parte baja de la espalda. La azabache sobre todo, se armaba de valor a cada paso. La puerta del gran salón se abrió y el primer rostro conocido y amable que le sonrió, fue el de Thomas.
- ¡Marinette, volviste! - dijo Thomas con entusiasmo y yendo hacia ella para darle un cálido abrazo.
- Estoy tan feliz de verte - respondió con un profundo alivio.
- Hasta que apareces - la serena y notoriamente molesta voz de Marianne los hizo apartarse.
- Abuela, te dije que la huérfana... no estaba perdiendo el tiempo - mencionó Chloe mirándola déspotamente.
- Chloe, basta - intervino Thomas.
La vista de Marinette se centró en Luka, quien estaba mirándola con expresión seria. Y fue ahí donde notó, la cicatriz que tenía en la frente, de aquella horrible noche en la que le rompió el jarrón en la cabeza.
- Adrien, amigo. Que bueno verte - Adrien sonrió ante tal acción y le devolvió el abrazo. - ¿Y ustedes qué? ¿Están juntos de nuevo? ¿Eso vienen a decirme? - preguntó Thomas con una evidente sonrisa.
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Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)
FanficMarinette Dupain Cheng, la heredera de una de las familias más ricas de los Estados Unidos será enviada a un colegio en Londres para aprender a comportarse. Adrien Agreste, el hijo de uno de los hombres más ricos de Inglaterra y quien financia el c...