- Ha pasado mucho tiempo, Adrien -
La serena voz de Gabriel taladraba su cabeza y quizás era la única prueba para comprobar que su padre estaba ahí.En su departamento.
Luego de prácticamente seis años.
Y Adrien podía sentir que el tiempo no había pasado en realidad. Pero no era así. La última vez que vio a su padre, fue cuando tenia diecisiete años. Cuando le pidió ayuda para Marinette y él se negó rotundamente.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó el rubio con aparente calma, tomando la mano de Marinette instintivamente.
Gabriel guardó la compostura y dio un delicado sorbo al té caliente frente a él.
- Necesito hablar contigo -
Y con esas tres palabras, era como si Adrien hubiera perdido el hilo. Veía a su padre totalmente ajeno a todo, conectando en su cabeza las ideas. Sintió un leve apretón de Marinette en la mano y la miró de prisa, dándose cuenta que ella le hacía señal de que accediera.
- Si, ah... Claro, hablemos -
- Pero a solas - sentenció Gabriel de pronto.
Se hizo silencio.
- Déjenos solos, señorita - pidió o casi exigió a Marinette.
Y ante tal orden, Adrien frunció el ceño. Sintió la cálida mano de Marinette sobre su mejilla, haciéndolo voltear a ella.
- Iré con la señora del primer piso. Veré cómo siguió de su torcedura de pie - susurró. - Suerte -
Marinette le sonrió y sin decir más, salió del departamento cerrando la puerta tras sí y prácticamente dejando a Adrien a solas con Gabriel.
El mayor lo contemplaba de forma apacible, sin presiones. Y sin imaginar que Adrien sentía las piernas pesadas como para avanzar a él.
- ¿Te apetece una taza de té? Lo preparé yo mismo -
Si esa pregunta era para romper el hielo, estaba bien hecha.
Adrien salió de su trance y caminó hacia la mesa en la que su padre estaba, sirviéndole té como si nada anterior hubiera ocurrido.
- Si, claro. El té... siempre te ha quedado delicioso. Un poco fuerte y ligeramente dulce - mencionó Adrien con una ligera sonrisa y juraría que pudo haber visto una imperceptible sonrisa en su padre.
- No lo bebo de otro modo, ya lo sabes -
Le extendió la taza a Adrien y nuevamente hubo silencio.
- ¿A qué debo tu visita? - preguntó Adrien con algo de torpeza.
- Veo que conseguiste un lugar dónde vivir, aunque no sea muy... de nuestro estilo - respondió, esquivando totalmente la pregunta de su hijo. Adrien exhaló profundo, negando a ante su esquiva.
- Estoy cómodo aquí. Era para lo que tenía cuando recién comencé a vivir solo -
- Creí que seguirías con tu madre -
- Estaba acostumbrado a tener mi espacio y mi privacidad. Además, no hubiera permitido que ella me lo prohibiera - mencionó.
- Estabas acostumbrado - dijo Gabriel sin fijar la vista en Adrien.
- Si tienes algo que decir, sólo dilo - expresó Adrien con voz serena.
- ¿Qué hace esa muchacha aquí contigo? ¿No crees que es algo poco caballeroso que te visite a solas en este lugar? -
Adrien desvió la mirada, esbozando una sonrisa que denotaba lo absurdo de la situación. Si quería llegar a ese asunto, ¿Por qué no lo abordó directamente?
YOU ARE READING
Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)
FanfictionMarinette Dupain Cheng, la heredera de una de las familias más ricas de los Estados Unidos será enviada a un colegio en Londres para aprender a comportarse. Adrien Agreste, el hijo de uno de los hombres más ricos de Inglaterra y quien financia el c...