Capítulo 71: Tulipanes

400 43 22
                                    

Al ser Nueva York una ciudad en constante crecimiento, el rumor del matrimonio entre Adrien y Kagami, se esparció cual epidemia de la peste siglos atrás. No había periódico neoyorquino que no incluyera en su sección de espectáculos el compromiso entre los actores. Y tal situación, no hacía más que estresar a Adrien. 

- ¿Te ibas a casar sin decírmelo? - preguntó Emilie en la visita sorpresa que hizo a la casa en la que su hijo vivía con Kagami. Y para fortuna de ambos, la japonesa había salido de paseo con su madre. 

- No te he visto en semanas, te he venido a buscar y dicen que estás en el hospital, vengo más tarde y tampoco estás. Kagami dice que estás extraño y hasta grosero. Teme que comiences a beber nuevamente. ¿Cuál es tu problema, hijo?-  le preguntó comprensivamente. 

Adrien, quien estaba sentado a la mesa, se levantó. Colocó sus manos dentro de los bolsillos del pantalón y comenzó a dar vueltas alrededor del comedor. - No es un problema para mí, pero para Kagami sí- mencionó con cierta pizca de amargura en su tono de voz. -Marinette está en la ciudad. Es... Es la jefa de enfermería del hospital donde ella toma sus sesiones de rehabilitación - 

Los verdosos ojos de Emilie se abrieron con sorpresa ante la confesión de su hijo. El silencio se hizo presente entre ambos, Adrien terminó sentándose de nuevo con una expresión distraída en su rostro. - El que sea un problema para Kagami quiere decir que tú aun amas a Marinette, ¿No? - 

- Como el primer día. Creí que estaba consiguiendo sacarla de mi corazón, pero sólo bastó verla de nuevo para que todo se fuera al demonio. Lo que siento por ella, únicamente consigue incrementarse con el paso del tiempo - 

- ¿Ella sigue sintiendo lo mismo? - quiso saber la rubia. Adrien no evito sonreír un poco. - Sí. Fue un sólo beso y la seguí sintiendo mía - 

- ¿Se besaron? - cuestionó Emilie con expresión de susto en su rostro. - Si, el día que la bala me rozó el hombro. En la fiesta del idiota ese... Jones creo que se apellidaba- 

- ¿En qué lugar pasó? Quiero decir... Estaban solos o... - 

Adrien dejó escapar una risa. - Mamá, sólo fue un beso. No es como que hubiéramos llegado a más, ¿De acuerdo? Relájate - se levantó de la mesa en busca de más café y unas cuantas galletas para ambos. 

Emilie sacó el abanico de su bolso y comenzó a airearse un poco el rostro. - Ustedes los jóvenes creen que hacer ese tipo de cosas está bien. Si alguien más los hubiera visto, quizás se habría armado un problema mayor. Los besos son demostraciones que no deben darse... sólo así. Sin algún lazo legal - le regañó. 

Mientras colocaba las galletas en un plato, dándole la espalda a su madre, Adrien sonrió. Se moriría si le cuento lo que casi pasó en mi departamento hace dos años. Pensó divertido. 

- Se considera impropio y -

- ¿Vas a decir que papá nunca te dio un beso que te arrancara el alma o que te dejara sin aliento? -  preguntó Adrien de golpe, interrumpiéndola. Emilie se mantuvo callada unos segundos. 

- Tu padre y yo estábamos casados - refutó. 

- Pero no se casaron por obligación, se conocieron antes. ¿Nunca se dieron un beso cuando fueron novios acaso? ¿Nunca lo que sentías por él te orilló a casi entregarte? - 

- Adrien, no son preguntas que -

- Si son preguntas. ¡Por Dios! El mundo avanza. ¿Cuándo llegará el día en que dejen de escandalizarse por cosas así? Las cosas deben hablarse como son. Los bebés no los trae la cigüeña, mamá. Sentir todo por una persona, es completamente normal. Desear a alguien físicamente, es normal - 

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora