Capítulo 62: Algunos se van

296 44 45
                                    

La preciosa tarde de ese verano pasaba de lo mejor para Marinette. Algunas cosas buenas habían pasado para ella en los últimos días. Se había graduado como enfermera. Le habían ofrecido trabajo en el mismo hospital. Y había aceptado. Su sueldo aumentaría y sabía que a ella y a Thomas les iría mejor. 

Caminaba hacia la salida lateral del hospital, cuando fue interceptada por Luka, a quien tenía mucho sin ver. 

- ¿Qué haces aquí? - preguntó molesta. - Marinette, yo... Creo que te debo disculpas y -

- ¿Crees? ¡No sólo disculpas! ¿Qué pretendías Luka al estar allá? ¡Y solos! Si alguna vez tuve consideración contigo, se acabó. Quiero que desaparezcas, que te esfumes -

- Así como te alejabas de mí hace años, hazlo ahora - exigió. 

Ante tales palabras, él la tomó del brazo. - Marinette, escúchame. Todo lo que te digo es verdad, me enamoré de ti, no sé cómo - 

Ella se zafó. - ¿No sabes? ¿Casualmente olvidaste lo que pasará si el abuelo no aparece en menos de dos meses? - 

- No me interesa el dinero del abuelo, lo prometo. Marinette, si tan sólo tú -

- No. Y vete ya, Luka. Estoy cansada, quiero llegar a casa, Thomas me espera - expresó serenamente y esquivándolo. 

- ¡El maldito vagabundo tiene tu atención! Es eso, ¿Cierto? - gritó yendo tras ella. Y una vez más la tomó con brusquedad del brazo. - No te tengo miedo, Luka. Suéltame y vete - 

- Pero... Marinette - 

Luka no espero el momento en que fue golpeado en el rostro fuertemente por Thomas. - Cuando ella dice que la sueltes, la sueltas - El castaño enfocó su atención en Marinette. - ¿Estás bien? - 

Marinette se sobó el brazo y asintió. - Estoy bien, tranquilo - 

- ¿Cómo te atreves a golpearme? ¿Qué no sabes quién soy? - expresó Luka limpiando su boca de la sangre que salía. 

- Desafortunadamente, sé quien eres. Y me importa un carajo. A Marinette no la vuelvas a tocar, ¿Me escuchaste? - Thomas lo tomó por las solapas del traje y lo empujó a unos metros de ambos. - Vamos, Marinette. La cena está lista - 

En silencio ella obedeció y caminaron de vuelta al apartamento. - Marinette, ¿Ocurre algo? Vienes sumamente callada y no criticando que llegué a destiempo por ti al hospital - dijo haciéndola sonreír. 

- Pensaba en el abuelo - respondió. - Oh... Y qué... ¿Qué pensabas? - preguntó Thomas abriendo la puerta de su casa. - En realidad no lo sé. Me lo he imaginado tantas veces, en diferentes circunstancias que... no tengo un pensamiento certero en realidad - 

- Sólo sé que es bueno - expresó con una suave sonrisa. - ¿Cómo tienes la certeza de que alguien es bueno si no lo conoces? - le preguntó él. 

Marinette se dirigió a la cocina a servir la cena. - No sé. Siempre suelo pensar lo mejor de las personas antes de conocerlas, sé que no está del todo bien, pero me gusta hacerlo. Creo que alguien debe ver lo bueno en los demás, ¿No piensas lo mismo? -

Ante esa pregunta, él se mantuvo sin respuesta. - Sé que no sé quién es, pero él me adoptó. Honestamente... él fue la primera persona que me eligió a mí. A Marinette. No le importó mi origen, ni que no supiera comportarme como una dama, ni que siga siendo... Pues yo - 

Thomas sonrió. - Siempre le estaré agradecida por todo lo que ha hecho por mí. Gracias a él, conocí lo que jamás hubiera soñado conocer. Más ciudades allá de Lakewood... Fuera de América... Conocí a Sabrina... - Se quedó pensativa a la nada un instante. 

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu