Capítulo 38: Tan cerca, tan lejos

398 48 13
                                    

Los meses pasaron y la primavera estaba a unos días de comenzar. Un año más se había ido y 1916 había llegado. Esa fresca tarde de marzo, luego de sus clases, Marinette y sus amigas fueron llamadas a la oficina de la jefa de enfermería. Una amable, pero dura mujer llamada Eleonor. Las cinco chicas tomaron asiento en su oficina. - Las llamé para informarles que a partir de hoy, comenzarán a cumplir guardias nocturnas - todas asintieron. - Aquí tengo el orden en el que estarán acomodadas. Esta semana sólo tres de ustedes tomarán la guardia, a partir de la próxima semana todas se incluirán. Su guardia comenzará a partir de las 6:00 de la tarde y concluirá al día siguiente a las 6:00 de la mañana -

- Lila Rossi - mencionó. La aludida respondió. - Te toca esta noche - Lila asintió. - Rosita Lavillant - y del mismo modo, la rubia contestó. - Mañana es tu turno - Rosita asintió con una sonrisa. - Por último... Marinette Dupain Cheng, te toca pasado mañana - la azabache asintió con emoción, sería su primer guardia. Si bien sería algo cansado, le emocionaba tener más cosas que hacer ahí aparte de las clases.

- Bien, eso es todo. Vayan y almuercen que más tarde irán con los pacientes infantiles - finalizó y las dejó salir.
Marinette, te vinieron a buscar - le informó una de las muchachas encargadas del aseo. La azabache agradeció y salió hacia el jardín, ahí se suponía que estaba la persona que la buscaba. - ¡Alya! - saludó con emoción. - Hola amiga - se dieron un abrazo y se sonrieron. - ¿Qué haces aquí? Creí que nos veríamos en mi día de descanso - mencionó Marinette.

- Te tengo noticias, Marinette - expresó Alya con una sonrisa. La azabache asintió esperando. - Adrien viene a Chicago - soltó de pronto. El rostro de Marinette pasó del asombro a la felicidad. - ¿Adrien? ¡Oh por Dios dijiste Adrien! - gritó emocionada. Alya le extendió el periódico. - Vendrá a interpretar una obra aquí a la ciudad - prácticamente Marinette le arrebató el periódico y comenzó a leerlo.

Los ojos de Marinette se empañaron. - Por Dios... Adrien viene y-y actuará en una obra - expresó con emoción. - ¡Tienes que ir a verlo! - la azabache asintió limpiando sus ojos. - Claro que si. ¡Veré a Adrien, no lo puedo creer! - dijo abrazando el periódico a ella. - ¿Cuándo es la función? - preguntó sonriente. - Pasado mañana en la noche - Marinette suspiró. Pero su expresión de felicidad, se derrumbó en un instante. - ¿Pasado mañana? - preguntó. Alya asintió. "Tengo guardia nocturna y es mi primer guardia. Pero... Pero yo quiero ver a Adrien". Pensó.

- Marinette - Alya la llamó. - ¿Entonces irás a verlo? - la azabache asintió con decisión. - Veré a Adrien pasado mañana - así tuviera que ponerse de rodillas con Lila o con Rosita, lo haría. Pero para su mala suerte ni una ni otra quisieron hacerle ese favor. Se vió obligada a hablar con la jefa quien tampoco quiso hacerle el cambio. Ese día y el siguiente se habían vuelto una total decepción para ella. Y finalmente el día de la obra había llegado. Marinette no iría a ver a Adrien, a pesar de sus esfuerzos, no podría.

Esa tarde, faltaban unas horas para que comenzara la función. Cierto rubio de ojos verdes estaba en la azotea del teatro, tocando la armónica. - Adrien - lo llamaron. El rubio se detuvo. - ¿Qué necesitas Kagami? - preguntó en seco. - El director preguntó por ti hace unos minutos - informó. Adrien asintió sin más y enfocó su vista en la ciudad. - No es necesario que yo regrese al ensayo, ya me sé mis líneas - continuó el rubio. Y siguió tocando la armónica. Kagami se acercó a él. - Es tu costumbre, ¿No es así? - preguntó ella.

Adrien la miró sin entender. - ¿A qué te refieres? - preguntó. - Usar la armónica - respondió ella. - ¿La armónica? - Kagami asintió y le sonrió. - Cada vez que te sientes solo o piensas en algo que te disgusta te concentras en ella - una sonrisa se dibujó en automático en Adrien al recordar el momento exacto en el que Marinette le dió la armónica. "¿Así que la armónica es tu instrumento favorito? ¿Qué? ¿Quieres que te dé un beso indirectamente?" Soltó una pequeña risa al recordar las rojas mejillas de la azabache.

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant