Capítulo 25: Trampa

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Bueno, habla ya - dijo Adrien tranquilamente. Chloe se cruzó de brazos. - Sabes... Ella trabajaba como sirvienta en mi casa, después cuidó caballos. Lo increíble es que sabe ganarse la simpatía de otros - Adrien le sonrió. - Y con eso - dijo él con diversión. La rubia alzó los hombros. - Contactó al abuelo William y consiguió que los Dupain la adoptaran - Adrien soltó una leve risa. - Y luego - dijo totalmente incrédulo. - ¡Es verdad, es una ladrona! - dijo impaciente. La expresión del rubio cambió a una de seriedad. - Robó mis joyas y un collar de mi madre. Nunca se sabe que está haciendo en realidad. Además, si no consigue lo que quiere, es capaz de usar la violencia. Ha lastimado a Luka más de una vez -

Chloe se acercó a él. - Si sigues siendo su amigo, mancharás el nombre de los Agreste - finalizó. - Gracias por el consejo - fijo Adrien con una leve sonrisa. Chloe asintió, creyendo haber logrado su sucio objetivo. Adrien fingió que pondría a correr a su yegua. - Ah Chloe, ¿Crees que puedas decirle algo sobre mí también? - preguntó con ironía. La rubia se sorprendió. - Dile que Adrien fuma aún siendo menor, bebe mucho, no va a clases, siempre rompe las reglas, se pelea y es un delincuente que sigue en el colegio sólo por las donaciones de su padre - dijo alzando los hombros. - Dile que si sigue siendo mi amiga, manchará el nombre de los Dupain - dijo con diversión. - Adrien - Chloe intentó detenerlo. El rubio rió, antes de irse volvió a hablar. - ¿Sabes? Deberías verte la cara, Chloe. Es la típica cara de las personas que envidian a los demás. No seas víbora - se burló y se marchó echando el caballo o correr.

Chloe agarró la falda de su vestido con molestia. - Eres un idiota Adrien, me vengaré, te lo juro - aseguró con furia.
Días después, Adrien y Marinette quedaron de verse dónde siempre. - Entonces, ¿Tu madre quiere que la visites? - preguntó ella. El rubio tomó su mano y asintió. - Quiere que vaya a Nueva York y pase unas semanas con ella - explicó. Marinette se desanimó un poco. - Y... ¿C-cuando te irías? - preguntó temerosa. Él soltó una leve risa. - No estoy diciendo que me iré ya, ni siquiera he decidido si lo haré o no, así que no te preocupes, tienes un atractivo novio para rato - dijo divertido. Marinette se recargó en él. - Sabes, podríamos ir juntos el siguiente verano - sugirió. - Si este verano no me hubieran castigado, no habría ido al colegio de verano. Tenía mi plan de ir a América y visitar el Hogar y... - se detuvo. - ¿Y qué? - Adrien la incitó a responder. - Que-quería... Visitar la-la tumba de Louis - respondió.

Adrien se quedó en silencio un momento. - ¿Te arrepientes de haber ido a Escocia? - preguntó serio. Marinette lo hizo voltear hacia ella y le sonrió. - Claro que no. Mi verano fuiste tú. Fuiste lo mejor de todo - aseguró. Adrien la abrazó y le dió un beso en la mejilla y varios más en el cuello. - Nueva York será - dijo él. - Además, sería fantástico conocer donde creciste, también iremos - dijo con decisión. Ella sonrió. - Todos estarán encantados de conocerte, lo prometo -  Era lindo y reconfortante para ambos, darse cuenta que se miraban juntos el siguiente año. Que se miraban juntos, más allá de las barreras del colegio. Era bonito. Y estaba bien.

Una semana después, luego de las clases, Marinette entró a su habitación algo cansada, el día había sido duro. Se dirigió al escritorio donde había un bonito sobre. "Para: Marinette Dupain Cheng. De: Adrien Agreste". Sonrió de inmediato. Apenas esa mañana, había visto de prisa al rubio y habían pasado un rato juntos. "Tengo un problema, necesito hablar contigo, es importante. Te veo en el establo a las 8:00 de la noche. Si no queremos que sospechen, rompe esta carta luego de leerla. Adrien". ¿Qué podría ser tan importante para que Adrien la citara? Quizás lo que le contó días atrás sobre Emilie tenía que ver, quizás ya había decidido.

La hora estimada llegó. Marinette caminaba con cierto temor, pues estaba algo oscuro. Abrió la puerta de madera del establo, la cual crujió al instante. No miraba nada,los ruidos de la yegua de Adrien la asustaron un poco. La luz se encendió tenuemente, Adrien ya estaba ahí. Suspiró aliviada. Él se levantó y se acercó a ella. La abrazó. - Hola mi lady - dijo dándole un corto beso. - Hola - dijo con una tenue sonrisa. - Adrien, ¿Para qué me citaste a esta hora y en este lugar? - preguntó extrañada. La expresión de Adrien cambió. - Yo pensé que eras tú quien iba a hablar - la confusión inundó el rostro de Marinette. - ¿C-como dices? - preguntó temerosa.

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Kde žijí příběhy. Začni objevovat