Capítulo 22: Último Día

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Unos días después de aquel altercado entre Chloe y Marinette en la casa de Adrien, todo transcurría con normalidad. Ambos acordaron no verse por unos cuantos días hasta que todo se calmara. Sabían que en Chloe no podían confiar y no podían arriesgarse. Para su suerte, ella y Luka habían regresado ya a Londres junto a la abuela Marianne, con el permiso de las monjas. Para ellos era un respiro. Adrien envió a Joe a la villa del colegio, para dejarle un mensaje a su adorada azabache.

Marinette estaba en su habitación terminando de cambiarse. Su elección de ese día fue un lindo vestido rosa, el cual resaltaba su delicada cintura y la blancura de su piel. Unos toques a su puerta la hicieron abrir. - ¿Si hermana? - preguntó. - Un mozo trajo esto para ti - ella tomó el sobre. - Gracias - sonrió y cerró la puerta. Miró la firma de la carta. "AA", y rápidamente supo que venía de parte de Adrien. La abrió con rapidez, como si su vida dependiera de ello.  "Necesito hablar contigo, es importante. Te espero en la villa, Adrien". Esas simples palabras la hicieron desanimarse un poco. ¿Qué era lo que Adrien quería decirle que era tan importante? ¿Por qué presentía que no era algo totalmente bueno? En unos minutos más, sería el tiempo libre del día y ella podía aprovechar para verlo. Se dirigía hacia la salida cuando fue interceptada por Alya y Sabrina. - ¿A dónde vas? - preguntó Alya. - Iba a...a la- la villa Agreste - respondió con nervios. - ¿Qué pasa entre tú y Adrien? - preguntó Sabrina. - Na-nada. Es sólo que... La- la señora que le ayuda, Olivia, ¡Si, Olivia! Dijo que ah... Me iba a dar su pan especial de-de ajo, si ajo -

Ambas la miraron extrañamente. - Te acompañamos - dijeron al unísono y tomaron a Marinette de los brazos y comenzaron a caminar. - Espero que Adrien no se moleste - pensó para si. Estaban a unos metros de la villa de los Agreste cuando se toparon con Nino y Max. - Hey chicas, ¿A dónde van? - preguntó Max. - A la villa de Adrien, por pan - respondió Alya. Ambos arquearon una ceja. El sonido de los cascos de un caballo acercándose, los hicieron voltear. Adrien venía llegando en su caballo. Su mirada de extrañeza se hizo presente al ver a todos ahí, pero se desvaneció casi al instante al ver a Marinette. ¿Ambos serían capaces de disimular?

Hola Adrien - saludó Alya. - Venimos por el pan de ajo de Marinette. El rubio arqueó una ceja pues no tenía la menor idea de qué hablaba. Rápidamente volteó a ver a Marinette quien con la mirada pedía auxilio. - Ah sí... lo-lo que pasa es que Joe se enfermó y Olivia fue a- a cuidarlo - excusó el rubio bajando de su caballo. Marinette suspiró de alivio pues la había salvado con esa pequeña mentira. - Entonces creo que hay que irnos - sugirió Nino. - ¡No! - rápidamente Adrien intervino. - Quiero decir ah... Max, hay algo que quiero que veas - Todos se dirigieron a un hangar a unos metros de la villa de los Agreste. - ¿Qué hay aquí? - preguntó Max. Adrien quitó la manta que cubría el pequeño secreto que el rubio quería mostrar.

Una avioneta - dijo Max con asombro. - Es una B-1989 - dijo sin creerlo. - No sé qué rayos es una B-1989, pero si tú lo dices - dijo Adrien con diversión. - Es una línea francesa de avionetas de élite, se producieron a principios de 1900 y salieron a la venta 89 días después de su producción, de ahí su nombre - explicó. - ¿Y acaso funciona? - preguntó Nino sin estar seguro. - Creo que le falla un poco el motor, lo demás está en perfectas condiciones - respondió Adrien. - ¿Me dejarías repararla? - preguntó Max con ilusión. - ¿Estás seguro Max? - cuestionó su hermano. - Nací para esto Nino, un día seré aviador experto - dijo viendo la avioneta. - Mi padre dejó de usar esa baratija hace años. Si puedes hacerlo, hazlo - alentó Adrien.

¡Gracias Adrien! - dijo emocionado. - Creo que mi padre aún conserva unas notas sobre el motor, las buscaré en la casa - mencionó Adrien. - ¡Nosotras prepararemos algo de comer! ¿Cierto Marinette? - sugirió Alya. - Cla-claro - respondió. - Alya y Sabrina pueden ayudar a Nino y Max a despejar el lugar y... Marinette puede acompañarme a la casa y ver qué hay en la cocina. En caso de que algo falte mandarlo traer del pueblo y yo-yo iré por las notas - a todos pareció agradarles el plan, excepto a Nino un poco, aún no confiaba del todo en Adrien. Marinette y Adrien dejaron a los chicos en el hangar y comenzaron a caminar hacia la casa. - Lo bueno que te pedí que vinieras sola - dijo Adrien con diversión. - Lo siento, venía saliendo y Alya y Sabrina me encontraron y... No sé si me creyeron del todo - dijo rascando su cabeza.

Todo Comenzó en un Barco (Miraculous AU)Where stories live. Discover now