De vuelta al apocalipsis: El renacimiento de Bai Jing

Capítulo 94

Pasó el breve y silencioso interludio, y abandonaron el espacio a regañadientes y contemplaron el paisaje exterior. Xiao Sa se sorprendió; el exuberante bosque de montaña ahora estaba desolado, la tierra ennegrecida, las colinas desnudas. Las aves y los animales habían desaparecido, ¿Qué le había pasado a Phoenix Mountain?

Los labios de Bai Jing se crisparon. No se sentía culpable en absoluto, pero nunca le diría a Xiao Sa que esto era el resultado de su ira. Además, en este tipo de mundo, proteger las montañas y los bosques era realmente innecesario. Sacó un tarareo de inmediato, volvió la cabeza y le gritó a Xiao Sa: "Oye, sube al auto, vámonos".

Xiao Sa no tuvo tiempo para suspirar por la desolación de la Montaña Fénix. Escuchó el grito de Bai Jing y muy conscientemente se sentó en el asiento del conductor. Bai Jing lo siguió rápidamente al auto.

El camino de la montaña era tortuoso y el suelo irregular. Phoenix Mountain estaba en silencio excepto por el traqueteo del Hummer mientras avanzaba por la carretera. Su viaje transcurrió sin problemas y no se encontraron con zombis, animales mutantes o seres humanos. Era como si fueran los únicos dos que quedaban en esta vasta tierra, y ni siquiera había rastro de vegetación.

El corazón de Xiao Sa se hizo más y más pesado a medida que viajaban, su expresión seria y sus delgados labios apretados con fuerza. Su mirada era oscura mientras permanecía enfocada fuera del auto, aparentemente esperando la tormenta que vino después de la calma. No se atrevió a relajar su vigilancia y permaneció en guardia para una gran pelea.

No se sabía cuánto tiempo había pasado antes de que la radio del automóvil tartamudeara repentinamente con ruido. Los ojos de Bai Jing se iluminaron, y corrió hacia adelante para encender la radio, "Hay señal".

La expresión de Xiao Sa también se relajó. Poder obtener noticias en la radio fue algo bueno; su viaje había sido demasiado tranquilo, hasta el punto de resultar perturbador.

"...¡Aviso de emergencia! Aviso de emergencia Tenga en cuenta que nuestra base fue atacada por zombis a las diez y media de la noche de ayer. Hasta ahora, ya es el duodécimo día consecutivo que la base ha sido atacada. Si hay sobrevivientes afortunados, tomen nota y reúnase con nosotros en K City después de escuchar esta transmisión de radio..."

"¡Pensilvania!" Bai Jing estaba totalmente indiferente cuando cambió el canal de radio. No hubo nada que decir sobre el ataque. Hubo otro estallido de estática y una dulce voz femenina sonó.

"...Para todas las personas sobrevivientes, somos la Base XXX. Contamos con excelentes y poderosos equipos, así como con destacables cuerpos mercenarios. Somos la base de supervivientes más grande de la región y contamos con usuarios de excelentes habilidades que han venido de todas partes. Actualmente nos enfrentamos a una crisis de ataques zombis, y damos la bienvenida a todos los usuarios de la habilidad para que trabajen juntos para resistir la crisis y se unan a nosotros para que podamos seguir trabajando duro para el futuro..."

"...Somos la Base ZZZ, tenemos fuertes equipos de búsqueda de suministros, patrullas defensivas estrictas y abundantes suministros. Podemos ofrecer condiciones favorables a los sobrevivientes que buscan refugio..."

A pesar de cambiar entre varias estaciones de radio diferentes, los discursos apasionados fueron prácticamente los mismos, tratando de reclutar sobrevivientes para sus bases. Todas las palabras que dijeron lo hicieron sonar como si estuviera lloviendo flores , pero solo el diablo sabía cómo era la realidad. Después de escuchar varias transmisiones, Xiao Sa permaneció en silencio por un momento antes de decir brevemente: "Vamos a la ciudad K".

Bai Jing asintió. Entendió el significado de Xiao Sa; K City era un lugar por el que tenían que pasar de camino a B City. En comparación con las otras bases, la transmisión de K City todavía era algo confiable. Como mínimo, les dirían a los oyentes sobre la crisis que enfrentaron. Solo que no estaba claro si esto era solo otro engaño. Aun así, no les importaba; Bai Jing y Xiao Sa habían subido de rango y también se habían sincerado el uno con el otro sobre el secreto del espacio. Ahora, no solo eran muy capaces y audaces, también eran intrépidos y ningún peligro podía perturbarlos.