De vuelta al apocalipsis: El renacimiento de Bai Jing

Capítulo 19 - Jade

"Jefe, quiero echar un vistazo a esa pieza de unicornio". Bai Jing entró en la tienda y dijo, con los ojos fijos en el unicornio que se muestra en el estante.　

"Este joven realmente conoce los bienes. Este unicornio fue transmitido como una verdadera antigüedad del emperador Kangxi de la dinastía Qing. Escuché que había un par, pero hasta ahora, solo he encontrado uno. Lo exhibimos como exhibición, pero como te gusta, te lo mostraré. "　

Bai Jing se sintió perdido cuando escuchó lo que dijo el hombre. De hecho, debería haber sabido que era imposible que las reliquias de su madre aparecieran aquí.

Su rostro no podía ocultarse de la multitud. El jefe sacó el unicornio del gabinete y miró a Bai Jing, quien parecía haber perdido la alegría de la felicidad, curiosamente preguntando: "¿Has visto al otro?"　

Bai Jing asintió, su rostro mostraba una ligera soledad: "Mi madre me dejó un unicornio, pero está perdido".　

El jefe parecía claro y sintió un ligero arrepentimiento. Evidentemente, este negocio no tuvo éxito, pero no le importó demasiado. El negocio de antigüedades que trataba con los ricos y nobles requería que el vendedor tuviera buen juicio. Incluso si el acuerdo no se hizo, ser amigos era lo suficientemente bueno.

Cuidadosamente entregó el unicornio a Bai Jing, sonrió y dijo: "Eso es realmente una pena. De hecho, solo la finura del unicornio es buena, pero la cola tiene pequeños defectos. Generalmente no es visible si no le prestas atención. ¿Hay alguna diferencia en comparación con la tuya?"

Bai Jing revisó a fondo el unicornio y vio claramente una grieta en la cola. Aunque era pequeño, destruyó la perfección del unicornio. Estaba cubierto mientras se mostraba, pero el valor se reducía si quería conservarlo. Sin embargo, este unicornio era realmente diferente al de su madre. La apariencia era exactamente la misma, pero la dirección del talón era la opuesta.　

"¿Cuánto cuesta?." Preguntó Bai Jing, mientras arrojaba el unicornio en sus manos. El jefe se tensó y temió que Bai Jing lo dejara caer descuidadamente. Jade era un objeto que no podía soportar caer.　

"Si lo desea, el precio es de trescientos mil yuanes, la finura de este jade es en realidad más valiosa que el precio solicitado, pero desafortunadamente ..."　

Sin esperar a que el jefe terminara, Bai Jing lo saludó y le arrojó una tarjeta: "Claro, lo compraré". Trescientos mil yuanes no eran caros. Aunque era una pérdida de dinero, era mejor tener algo similar para recordar.　

El jefe estaba un poco sorprendido y feliz de no haber perdido este. Luego le dio el unicornio debidamente embalado a Bai Jing con su tarjeta de presentación juntos.　

Bai Jing tomó la caja y no la abrió para verificar. Lo guardó casualmente en un bolsillo. La ropa gruesa de invierno tenía grandes bolsillos, e incluso con la caja de unicornio adentro, parecía tener más espacio para el almacenamiento.

La familia Lin estaba conmocionada. La vieja pareja se sorprendió por los trescientos mil yuanes. Esta no era una pequeña suma de dinero, y para estas personas de la montaña, era simplemente una cantidad astronómica. La abuela Lin fastidiaba los hábitos pródigos de Bai Jing, pero pensó que cuando mencionó la pérdida de las reliquias de su madre, entendió la tristeza de Bai Jing. Aunque fue por un recuerdo, trescientos mil yuanes, tut, Granny Lin se sintió complicada. Este niño gastó dinero sin dudarlo.

Incluso con los viejos tiempos de años anteriores, ella y su esposo no se atrevieron a gastar fácilmente una gran cantidad de dinero. Pero se olvidó de eso en su mejor momento, que fue un período confuso. Quien tuvo una buena vida personal sufrió, quien tuvo más dinero en mano fue un contrarrevolucionario. Se sintieron pesimistas y desanimados y decidieron regresar a vivir a las montañas. ¿Podrías comparar ese período y ahora? Con las palabras populares actuales, Bai Jing fue por falta de todo menos dinero.