De vuelta al apocalipsis: El renacimiento de Bai Jing

Capítulo 57

Bai Jing creía que, dado que algunas personas ya habían conspirado contra ellos, las cosas no terminarían así. Definitivamente harían otro movimiento. Actualmente, el enemigo estaba en la oscuridad mientras estaban al aire libre, e incluso si escapaban, estaban siendo observados por otros. Si no trataban con ese usuario de habilidades psíquicas, podrían olvidarse de estar a salvo.

"Chicos, adelante, me pondré al día más tarde". Los ojos de Bai Jing estaban fríos mientras miraba el mar de fuego detrás de él, una luz feroz brillaba en sus ojos. Dado que los zombis de nivel uno se habían enviado a su puerta, debía asegurarse de obtener todos los núcleos de cristal.

"Disparates." El rostro de Xiao Sa estaba sombrío; sabía que este tipo no estaría dispuesto. Mantuvo su fuerte agarre en la mano de Bai Jing. "Vamonos."

"Suéltame". Bai Jing frunció el ceño, infeliz. Lo que más le disgustaba era la tiranía arbitraria de Xiao Sa, pero descubrió que no podía enojarse. Indefenso, comenzó, "Escúchame—"

"No lo permitiré, no importa lo que digas". La cara de Xiao Sa estaba dura. No hubo lugar para la discusión.

Esta vez, no solo él, sino también Wang Xuebing y Cao Lei lo desaprobaron. Cao Lei fue directo, "Podemos conseguir el núcleo de cristal en el futuro, pero ahora tenemos que irnos pronto. Habrá muchos zombis con los que jugar como quieras más tarde".

La cara de Bai Jing estaba llena de líneas negras. ¿Realmente parecía ser una persona tan despistada? Había renacido después de tantas dificultades y, naturalmente, valoraba su pequeña vida. Vio que sus palabras eran ineficaces y simplemente agarró la cabeza de Xiao Sa para besarlo en la mejilla. Luego se inclinó cerca de su oído y murmuró algunas palabras en voz baja.

"La respuesta sigue siendo no." Xiao Sa frunció el ceño con fuerza y ​​sus ojos fríos se volvieron agudos. Dudó por un momento, pero aún así se negó categóricamente. A pesar de que la teoría del pequeño Jing era plausible, no podía estar seguro, y mucho menos que solo había sido un beso en la mejilla. La seguridad del pequeño Jing estaba en juego; incluso si lo besara en la boca, no estaría de acuerdo.

Bai Jing estaba frustrado. Empujó a Xiao Sa a un lado, luego simplemente se dio la vuelta y le dijo a Wang Xuebing y Cao Lei: "Ustedes vayan primero, yo traeré la retaguardia".

Wang Xuebing estaba a punto de replicar, pero Cao Lei asintió con la cabeza y estuvo de acuerdo. Aunque no sabía lo que el joven maestro le había dicho a Xiao Sa, mientras pensara con cuidado, Cao Lei estaba más convencido de que su joven maestro nunca tomaría su pequeña vida a la ligera y sus preocupaciones desaparecieron. De todos modos, antes solo habían actuado según sus órdenes, y su joven maestro era una persona perezosa que realmente valoraba su vida. Sintió que debería tener más confianza en él. Además, los ojos de Cao Lei brillaron intensamente cuando recordó de repente que el joven maestro podía teletransportarse. Si no podía ganar, aún podía escapar.

Xiao Sa apretó los labios con fuerza y ​​miró a Bai Jing. Su expresión era extremadamente desagradable.

Este tonto. El corazón de Bai Jing se ablandó. Suspiró y lo consoló: "No te preocupes, yo también soy un hombre. Te prometo que estaré bien. Estaré sentado en el auto donde los zombies no puedan alcanzarme. No eres solo tú quien quiere protegerme. Yo también quiero protegerte. Espérame más adelante, ¿de acuerdo?".

Xiao Sa guardó silencio por un momento. Se oyeron algunos disparos cerca; dos zombis más salieron corriendo del mar de fuego y fueron eliminados. Bai Jing vio que la barrera de acero comenzaba a ceder y también se puso ansioso: "Apúrate y vete".

"Asegúrate de regresar intacto". Xiao Sa abrazó a Bai Jing con fiereza antes de soltarlo y darse la vuelta para irse. No miró hacia atrás y dirigió al grupo de hermanos: "Vamos..."