六十七

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Taehyung fue llevado con delicadeza hasta un claro en el bosque de la periferia, el fénix se sentó en medio de la vegetación antes de acomodarlo cuidadosamente en su regazo, sus fuertes brazos lo rodearon haciéndole sentir un calor reconfortante volviéndose un dulce consuelo, cuando los tersos labios le dejaron un beso en la frente no pudo evitar las cosquillas en su barriguita.

─K-Kookie ─murmuró el niño aferrándose con ambas manos a la tela de la túnica ajena, sus ojos volvieron a cristalizarse.

─Aquí estoy ─contestó con calma, envió su energía espiritual a todo el cuerpo del castañito para ayudarlo. Entrecerró los ojos sabiendo que era tarde para recuperar su condición humana y lamentó no haber llegado antes.

─Y-Yo... desperté..., mi dios del fuego.

─Lo sé, mi pequeña luz ─dijo en un hilo de voz, su intensa mirada de ondulaciones en un río de tinta pareció mezclarse con la noche sin fin y la luz de la luna que baña el claro. Tomó la mano contraria para dejar un beso─. Pronto dejará de doler, guiaré tu despertar así que no llores o tus lindos ojitos de osito se hincharán y te arderán.

─Tenía mucho miedo, estaba solo y dolía tanto... n-no te encontraba, fue igual que ese día en la gruta... no quiero volver a perderte.

─Estoy aquí, te cantaré, te contaré un cuento... haré lo que sea necesario.

─Kookie. ─Le costó moverse pero de todas maneras buscó esconder su carita en el torso poderoso, se frotó como un gatito e inhaló su aroma hasta soltar un largo suspiro melancólico. Aunque en ese momento estaba mezclado con sangre, tierra y metal, no le importó disfrutando de los cuidados con gusto.

La batalla siguió en pie en varios lugares del Reino de la Dicha Pura, sin embargo, el claro del bosque parecía estar bajo un hechizo, calmo y sosegado, el aroma de las flores y frutos de los árboles viajaron con la brisa. Zheng Guo tragó el bocado de sangre que su cuerpo botó por el sobreesfuerzo que conllevaba canalizar semejante cantidad de energía más con el problema del veneno en su sangre, pero no permitió que el de sonrisa cuadrada notara ninguna debilidad mientras seguía con su labor, de vez en cuando, su palma dejaba pequeñas caricias en la espalda ajena.

─ ¿Quieres que cante una canción? ─Ofreció, a la pequeña luz siempre le gustó escucharlo.

─S-Sí, Jungkookie.

Las flores rojas del ciruelo
florecen en la roca roja
pisando miles de li de hielo y escarcha
¿Por qué temerle al amargo frío?
Un corazón leal florece hacia el sol;
flores de ciruelo rojo florecen,
cada flor resplandece.
Diez mil flores florecen con la cabeza en alto,
su fragancia viaja lejos hacia el cielo
despertando cientos de flores para florecer juntas.
Cantando para celebrar que la nueva primavera está aquí
las flores rojas del ciruelo florecen en la roca roja
pisando miles de li de hielo y escarcha
¿Por qué temerle al amargo frío?
Un corazón leal florece hacia el sol,
florece hacia el sol.
Flores de ciruelo rojo florecen,
cada flor resplandece;
diez mil flores florecen con la cabeza en alto,
su fragancia viaja lejos hacia el cielo
despertando cientos de flores para florecer juntas
cantando para celebrar que la nueva primavera está aquí,
la primavera está aquí*.

La estrella se dejó llevar por la suave voz, poco a poco, todo el dolor se esfumó y su verdadera forma lo hizo emitir un brillo cegador al dejar atrás el contenedor humano. Varias chispas cayeron simulando una garúa formando una hermosa alfombra y la noche dejó su traje de obsidiana para crear una especie de inmensa aurora boreal reconociendo al travieso ser que no estaba dispuesto a irse con ella, el viento se alzó en una tormenta, las nubes se condensaron y varias estrellas menores se alinearon mostrándole el camino que debía recorrer, mas, no pudieron con el ser que se atrevió a desafiar cualquier norma puesta desde el reinado del Primer Puro decidiendo permanecer con el Segundo Príncipe. El dios del fuego cerró los ojos recordando que mirar a las estrellas directamente podría hacer que perdiera la cabeza, Taehyung aprovechó ese momento para lanzar un hechizo desapareciendo dicho sendero, se irguió posando sus manos en el rostro contrario, su toque suave alivió las quemaduras, su respiración falló al acercarse hasta rozar sus narices sintiendo que todo su cuerpo se estremecía cuando inició el beso. Ambos vibraron, las largas pestañas como plumas en el viento trepidaron y los labios florecieron; el fénix lo tomó de la nuca para borrar cualquier distancia, dejó que el polluelo guiara el ósculo mientras él sólo se dedicó a saborear la inmensa dulzura siendo reacio a soltarlo.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now