四十二

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Antes de seguir a los sirvientes que llevaban a su sobrina, CaiHe miró una vez más al niño humano tratando de entender lo sucedido recientemente, encontró fuego de fénix llameando en su interior, pero la flama no pudo ayudar al castañito a usar magia... ¿o sí? Su mirada pasó al rostro del Segundo Príncipe que se encontraba asegurándose que el chico no estuviese herido, tal vez lo pensaba demasiado y el dios del fuego realmente lanzó el torpe hechizo. La barrera, aunque quemó de inmediato la piel pasando por los zapatos sin dificultad a sólo unos pasos por ella, parecía simple y poco efectiva si su intención era el ataque y se usaba en un ser mágico. Se rio de sí mismo por pensar demasiado, Zheng Guo era un guardián y aunque fuera joven, seguro conocía varios trucos. Acomodó la canasta en sus brazos para escoltar a su sobrina fuera de la ciudad, el plazo casi vencía y toda la caravana de Dong Bin ya estaba lista para partir desde la mañana.

El dios del fuego se llevó al polluelo a la carroza sin mirar atrás, sacó la capa alba del compartimiento secreto para abrigarlo y lo abrazó intentando apaciguarlo. Tae se dejó envolver por esos cálidos brazos calmándose poco a poco, sintió enojo, miedo y adrenalina viajando por su cuerpo en el momento en el que fue atacado pero todo estaba bien ahora; las suaves caricias en su espalda lo mecieron hasta bajar en la entrada del Palacio de Jade. Pasaron por el gran portón tomados de la mano, los guardias los saludaron con una leve inclinación. Ninguno se sorprendió al ver sus acciones, ya habían visto al Segundo Príncipe cargar al niño muchas veces y esta mañana también salieron con las manos enlazadas.

¿Qué había para sorprenderse? El Emperador trataba de una manera similar al Consorte Real. Y los sirvientes ya habían apostado la fecha de la boda.

El fénix se sentía con un humor complicado desde el incidente con la hija de Dong Bin, el ataque le hizo mirar otra vez las cosas que estuvo ignorando. No sólo eran las huellas en la hierba, la diferencia de años que vivirían o el hecho que al estar juntos Tae estaba enfrentando situaciones que un humano no debería pasar. Suspiró sosteniendo con más firmeza la mano ajena reacio a siquiera pensar en soltarla. Ya había abrazado a su estrella, no había forma de dejarlo ir.

Se dirigían a la Segunda Mansión cuando la dama Yun los alcanzó, saludó con una reverencia, indicó que la familia estaba reunida en la Séptima Mansión y los estaban esperando.

─ ¿Alguna ocasión en particular? ─preguntó Zheng Guo.

─No conozco los detalles. ─Fue lo único que dijo la mujer.

El fénix hizo un sonido de afirmación antes de caminar hacia el lugar, ambos entraron y fueron guiados por los sirvientes del Buda Sonriente hacia el Pabellón del Loto. Hao Xi, Zhì Mín, Xi Zhen y Nan Jun estaban jugando mahjong. El qilin no dudó en correr hacia Taehyung, dio vueltas a su alrededor tintineando y tratando de ser acariciado por la mano libre del niño que no tardó en tocar las escamas lisas en la tierna cabeza, sonrió mirando los grandes ojos risueños del híbrido.

─Parece que te extrañó mucho ─comentó el dios del fuego.

─Estoy aquí, Huǒ.

─Se inquietó un poco por la tarde lo que nos alarmó pensando que había pasado algo, pero acaba de volver a la normalidad ─contó el tigre blanco─ ¿A dónde fueron a jugar?

Taehyung se sonrojó al recordar la cita y dejó que Jungkookie respondiera.

─Por ahí ─dijo acercándose y ayudando a acomodar al niño primero─ ¿Estuviste esperándonos, hermano?

─Sólo a Tae, quería llevarlo a jugar al Palacio Oeste.

─No seguirás considerando hacerlo tu aprendiz. ─Lo miró con los ojos entrecerrados.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now