八十五

1K 200 43
                                    

Sólo los techos altos de los principales palacios y algunas pagodas podían herir el gran lecho nuboso del Reino de la Dicha Pura, el aroma del viento tenía más toque floral llevándose poco a poco los tintes de desgracia, la sangre se volvió pétalos abriéndose a un nuevo mañana mientras el Segundo Príncipe todavía sostenía al castañito, al oír su propuesta, no pudo evitar esbozar una sonrisa, la estrella era realmente linda al tratar de animarlo.

─ ¿Será una canción en coreano? ─preguntó recordando el poema que le recitó en su primera cita.

La mirada profunda y la voz baja hicieron que el polluelo se avergonzara, mordió su labio inferior, jugó con el borde de la ropa ajena dubitativo.

─Sí, pero te la cantaré cuando lleguemos al templo.

─Está bien. ─El fénix le pellizcó la mejilla antes de añadir─: me dejarás verte mientras cantas, ¿verdad?

─No te aproveches ─rezongó abrazándolo.

Zheng Guo se dirigió al templo todo lo rápido que pudo, ingresó a la habitación y dejó al almibarado sentado en el diván, se acuclilló al frente esperando oír su linda voz. Taehyung suspiró, ni siquiera pensó en lo que cantaría, sólo quiso alegrar a su persona especial y ahora estaba en problemas.

Abrió la boca varias veces sin emitir ningún sonido hasta que se le ocurrió una idea, se acercó al oído del dios del fuego, sus labios de terciopelo rozaron la oreja haciendo que hormigueara, eso y la cercanía de sus rostros causaron que el corazón del fénix saltara, para ese momento ya había olvidado todo el mal humor.

Conejo, conejo de montaña,
¿A dónde vas?
Saltando, saltando mientras corres,
¿A dónde vas?
El paso, paso de la montaña,
lo subiré solo.
Castañas regordetas regordetas
encontraré y llevaré algunas a mi casa*.

El Segundo Príncipe no tardó en darse cuenta que era una canción infantil, giró su rostro para encontrarse frente a frente con el pequeño polluelo revoltoso que aguantó la risa hasta que no pudo más, sus carcajadas resonaron en la habitación mientras Zheng Guo tiró de él haciendo que ambos cayeran al piso.

─ ¿Quién te dio el coraje para estafar a un príncipe celestial?

─ ¡Tú! ─respondió sin dudar, sintió cosquillas por las manos traviesas que lo sostuvieron. Al quedarse sin aire y casi morir de risa cayó sobre el Guardián Sur─. Quiero tomar té de burbujas, Kookie.

─ ¿Vamos a la ciudad?

Taehyung negó moviendo su cabecita, todavía se sentía triste por dejar a la familia Kim y no quería encontrárselos, sería muy doloroso que lo miraran como a un extraño.

─ ¿Hay alguna forma de que nos traigan el té de burbujas aquí?

─Déjame intentar ─dijo levantándose y saliendo de los aposentos.

El castañito suspiró mirando la puerta, caminó hacia el balcón donde se quedó ajustando su estado de ánimo; el Segundo Príncipe regresó casi una hora después con dos grandes vasos de té de burbujas y varias tarjetas de presentación que dejó descuidadamente en la mesa.

─ ¿Cuál quieres, pequeño polluelo?

─ ¡Tiene perlas azules! ─se entusiasmó acercándose al de la izquierda.

─Es el nuevo sabor, pensé que te gustaría probarlo ─explicó alcanzándoselo.

─ ¿El otro tiene burbujas blancas? ─analizó.

─Es pulpa de coco, ¿ya decidiste cuál deseas?

─ ¿Podemos compartir?

El Rey de las Aves asintió, lo condujo hacia una mesa baja en la sombra fresca. Mientras se refrescaban con la bebida, el de piel aurisolar recordó el tema del título.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora