三十二

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El Segundo Príncipe tomó a Taehyung de la mano al partir, el qilin disfrazado ladró bajito en los brazos del castañito mientras avanzaban lejos de la casa Kim, el menor tenía una mezcla extraña de sentimientos, expectativa, calidez, un poco de miedo y muchas cosas más dejaban que el fénix lo viera brillar con muchos matices.

─ ¿Tae? ─llamó viendo su perfil.

─ ¿Qué sucede, Jungkookie?

─Sobre el dios de la montaña, ¿estás bien?, ¿no tuviste miedo que te obligaran a casarte con él? Quisiera saber lo que piensas sobre el asunto, después de todo, fuiste involucrado.

Taehyung se detuvo de pronto, miró al qilin en sus brazos y el Segundo Príncipe esperó con calma una respuesta.

─En realidad, es extraño ─dijo bajito─. Admito que tuve un poco de miedo, pero estabas a mi lado y me defendiste, viniste aquí... sabes, Jungkookie, desde pequeño puedo sentir presencias extrañas, a veces los veo como sombras y los talismanes de la casa, sólo yo puedo notarlos.

─Lo sé.

─Hay muchas cosas que no entiendo todavía, como la razón por la que el dios de la montaña quería casarse conmigo o la verdad detrás del tiempo en el que me llevaste a tu casa por primera vez. Tal vez esto me haga una persona muy rara, pero siento que puedo confiar en ti, me siento bien al estar a tu lado y sé que algún día tendré una respuesta a cada pregunta.

─Es mi culpa que te ataran ese hilo, fui descuidado.

─No creo que sea tu culpa, Jungkookie. Me prometiste un bonito hilo rojo, ¿recuerdas?

─Lo recuerdo.

─Y ese hilo era feo, no lo ataste tú.

Zheng Guo lo cargó para ir al portal de KunLun, Taehyung no tuvo problemas al pasar, se obligó a no cerrar sus ojos aunque tenía miedo a la altura porque no quería perderse ningún detalle. Observó cada rincón del Reino de la Dicha Pura con asombro. El aroma puro y floral inundó sus pulmones y la vegetación y las construcciones monumentales lo impresionaron al alejarse de la presencia del Kai Ming y sus nueve cabezas humanas.

Era todo tan mágico y hermoso.

Volaron hacia el imponente Palacio de Jade que estaba en lo más alto, de grandes columnas blancas y nubes jugando entre los patios. Zheng Guo sonrió al ver la cara de asombro del muchacho en sus brazos y le dejó un beso en la suave mejilla dotándolo de rubor, se dirigieron hacia el Pabellón de las Peonías en la Segunda Mansión sabiendo el cariño que Xi Zhen tenía por el niño. Lo bajó con delicadeza bajo la mirada asombrada de todos los sirvientes y guardias que allí se encontraban. La Dama Peng que estaba sirviendo té, al notarlos, ahogó un grito sorprendido al ver que el fénix le hizo una seña, se calmó poniendo todo de su parte; el Consorte Real en ese momento se hallaba sentado frente a la mesa de bambú atendiendo memoriales, al notar la presencia de los dos mientras se acercaban junto al qilin que tintineaba alegremente en su forma habitual, levantó la cabeza.

─Saludos, padre ─dijo Zheng Guo bajando la cabeza con respeto. Los espectadores no lo hubieran reconocido si no fuera por el aura que lo rodeaba y por ser uno de los pocos Inmortales que podían entrar libremente al Palacio de Jade, nadie nunca lo vio con ese aspecto tan humano y moderno lo que generó curiosidad. Finalizando su reverencia, dejó las dos mochilas a un lado mientras los sirvientes y guardias lo saludaban en silencio.

─Buenos días ─habló Taehyung inclinándose cortamente, se sintió algo cohibido bajo la mirada del Consorte Real pero cualquier rastro de nervios desapareció al sentir a Xi Zhen sonreírle cálidamente y tomarlo de los brazos como un pariente al que visitaba después de mucho tiempo.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEWhere stories live. Discover now