十四

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El castañito se acomodó en el suelo con la cabecita en el regazo del fénix y quiso cerrar los ojitos, luego de que su amigo respondiera todas las preguntas que hizo.

─Tae, no puedes volver a dormir ─le dijo Zheng Guo mirando a su amigo ser iluminado por los rayos del sol.

─ ¿Por qué no?

─Porque no podrás hacerlo en la noche. Y no puedes estar dando vueltas por el Palacio de Jade sin supervisión.

El Emperador apareció en la torre indicando que necesitaba la presencia de ambos en la Segunda Mansión.

─ ¿Sucede algo, Su Majestad?

─Tu padre mandó a los sirvientes a buscar ingredientes para que él y la Dama Peng cocinaran para Taehyung, se levantaron muy temprano y Xi Zhen desea que todos estemos presentes.

─Está bien. ¿Ves, Taehyung? No puedes dormir porque mi padre cocinó para ti.

─Pero no quiero caminar más, estoy cansadito. ─Puchereó viendo a su amigo y luego al Emperador─. Lo siento, Abuelo Celestial.

Nan Jun cargó al castañito antes de elevarse por el pozo de cielo, algunas escamas azules y verdes aparecieron en su piel. Zheng desplegó sus alas encendidas para seguirlo. Volaron hasta llegar a la puerta de la Segunda Mansión con el humano cerrando fuerte sus ojitos para no ver la gran altura, le tenía miedo. Decidieron caminar desde ahí, se dirigieron a un recinto lleno de columnas talladas con detalles florales. En medio, una gran mesa estaba repleta de platillos recién hechos.

─ ¿No era sólo una comida para Tae? ─El Segundo Príncipe miró al Emperador.

─Haz silencio, Segundo Príncipe ─lo calló viendo a Xi Zhen ingresar junto a la Dama Peng, el Consorte Real sonreía de oreja a oreja.

─ ¿Estás bien, Tae? ─Se acercó al humano─. Espero que tengas hambre.

El infante bajó de los brazos de Nan Jun e hizo una pequeña reverencia.

─Buenos días, señores papás de Jungkookie, señor tío de Jungkookie.

─Tomemos asiento ─invitó el Emperador.

─Gracias.

Xi Zhen se sentó al lado del castañito, le sirvió un tazón de arroz y tomó un gran trozo de pato laqueado asado dirigiéndolo a su boquita.

─Espero que te guste ─dijo viendo cómo Taehyung empujaba el gran trozo con su manito y masticaba con las mejillas repletas.

Nan Jun sorbió su té de crisantemo totalmente sereno, sus hoyuelos aparecían mostrando felicidad.

─ ¿Qué tal? ─el Consorte volvió a llevarle otro trozo de pato a los labios.

─Está muy rico, señor papá de Jungkookie. ─Le sonrió en grande.

─También hice cerdo laqueado asado, sopa Huntun, algo de tofu, congee, raíz de jengibre, brotes de bambú y huevos centenarios. ─Cogió uno y lo abrió mostrando su interior de colores oscuros─. Abre la boca, Tae.

─Padre, Taehyung no podrá terminar todo esto ─señaló el banquete─. Lo harás explotar.

─Ayer, se acostó sin probar más que un chocolate.

─Créeme, disfrutó de los bollos a medianoche.

Taehyung abrió la boca y probó los huevos especiales cocidos. Hizo una mueca por la textura gelatinosa.

─Estos huevos llevan ochenta años preservándose ─indicó el Consorte Real.

─ ¿No tienen algún tipo de magia? ─El Segundo Príncipe se alarmó abriendo mucho los ojos hacia Taehyung. Le quiso abrir la boca para evitar que pasara.

HILO DE SANGRE - KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora