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〖𝓔𝓵 𝓹𝓲𝓪𝓷𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓼𝓪𝓵𝓸́𝓷 𝓬𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸 𝓬𝓾𝓪𝓽𝓻𝓸〗

El viernes por la mañana estaba decidiendo que iba a ponerme para la pequeña reunión del día siguiente.

—Ah, no tengo nada —hablé  mientras lanzaba la última prenda que tenía colgada en el armario hacia la silla. Había empacado para las clases y días comunes, no para reuniones con un familiar de mi modelo a seguir.

—Yo tampoco, iré de compras hoy —contestó Historia. Se notaba distraída   

—¿Crees que los demás irán muy elegantes?

—Pues es Kenny Ackerman —hablé destacando el nombre— , aparte de que se convertirá en un buen inversionista para la academia y la compañía, era uno de los hombres más ricos de la ciudad —un día anterior, los chicos hablábamos sobre el tema. Descubrimos que estaba posicionado en uno de los diez puestos de "Los hombres más ricos del país".

Sus empresas estaban dirigidas a diferentes ramas, las cuales también se consideraban destacables en su área, pero era la tecnológica la que tenía mucho más reconocimiento.

—Ah, cierto —suspiró—. Definitivamente compraré un vestido —terminó de peinarse.

—Yo iré de pantalón, la reunión es a las cinco... ¿No? —volví a meter toda mi ropa dentro del armario.

—Sí. Oye y... ¿En qué iremos? —tanto me había preocupado por el vestuario que no me había percatado de cómo llegaríamos.

—Pues en autobús. No tenemos de otra —Estábamos a punto de salir de la habitación para ir a la clase.

"Ojalá todo salga bien" pensé. No podía ir con mis fachas a la reunión del hermano de Kuchel. El vestido que había llevado ya lo use y no tenía otro.

Terminamos la clase y los chicos no podían reunirse; tenían asuntos por atender y prepararse para el día de mañana. Solo estaría yo, Historia fue a ver a su hermana mayor.

Tenía algunas horas para ensayar y mejorar mi técnica. He estado observándome, notaba ciertos fallos en mi postura y en mis giros. El desgarre en mi pierna ya había desaparecido, por lo que no era necesario vendar.

Respecto al tema de cómo iremos a la casa de Kenny, Farlan se ofreció a llevarnos en su coche a Historia, Jean, Isabel y a mí. Sin duda estaba emocionada por el día de mañana

Fui con la secretaría de Erwin para pedirle el salón, no se notaba muy contenta, pero al final de cuentas me dio permiso.

Entré al salón y se oyó el eco cuando dejé mis cosas en el piso. Estaba fresco. Mi celular sonó, alguien me había mandado un mensaje. Historia quería que la acompañara al centro comercial más tarde y accedí.

Estaba silencioso, cualquier movimiento hacía que la madera del piso emitiera un sonido molesto. Caminé hacia el centro y me coloque mis audífonos para escuchar música mientras calentaba.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now