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〖𝓙𝓮 𝓷'𝓪𝓻𝓻𝓮̂𝓽𝓮 𝓹𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓽𝓮 𝓻𝓮𝓰𝓪𝓻𝓭𝓮𝓻〗

Es viernes por la mañana, vamos hacia la panadería que él ha mencionado ayer. Tomamos asiento cerca del ventanal que da hacia la calle y esperamos lo que pedimos. El ambiente del lugar es tan parisino. Recibe una llamada, se retira, y me quedo mirando el día nublado. Todo es gris, pero yo no lo veo tan mal. Froto mis manos para generar calor. La mesera entrega los tes que pedimos, una tarte tatin y el croissant.

Al mirar las cosas exhibidas, deseaba probar todos los panes que vendían. Estaba indecisa para escoger, él ya iba a lo seguro. Vuelve a mí y comenzamos a desayunar. Levi dice que más tarde ira a arreglar asuntos de su instituto, no profundiza mucho sobre el porqué. Le doy a probar de mí tarta de manzana, pero se niega diciendo que es demasiado dulce para él.

"Más para mí" respondo y sonrío.

—Debes alimentarte bien —responde—. ¿Qué has estado comiendo?

—Puees—suelto una risa pequeña alargando el sonido—... sándwiches.

Observo su expresión de inquietud.

—El primer día que estuve aquí  fui a comer a un restaurante y no me convenció del todo, recalcó que estaba demasiado caro —contesto antes de seguir comiendo la tarta.

—Cómo piensas llegar a destacar en el papel si no cumples tus necesidades básicas, ____ —toma su tecito.

Sé que tiene razón, alzo los hombros.

—¿Qué es lo que te gusta comer? —comienzo a decirle el menú de cosas que me gustan. Él pone atención a lo que digo.

Después de terminar, salimos en dirección a la compañía. Le hablo sobre las clases con las niñas de seis años y a qué hora estarán conmigo. Añade que nos vemos a la una en uno de los parques cerca de la compañía. Miro la ruta que tengo que tomar y sé que no será complicado llegar; son unas cuantas calles.

Vamos hablando de cosas que me han ocurrido durante estos años, por alguna razón algunas veces comenta: "sí, me enteré de eso". A pesar de la distancia que teníamos uno del otro, él jamás dejó de saber de mí, aunque yo no lo supiera.

Llegamos juntos al salón. La bailarina principal se nos queda viendo y pasamos sin saludarla. Sé que dirá lo "tarde" que llegamos, pero no lo hace. Caliento mientras hablo con Levi sobre sus futuras presentaciones por el mundo. Sin duda, había crecido demasiado como intérprete y músico.

Pasamos ensayando, la bailarina principal y yo, durante tres horas. Él sigue mirándome de vez en cuando, y sigo preguntándome qué es lo que piensa al verme.

Llega la hora y parece apresurado, se despide, pero antes me recuerda lo del parque. La EES también sale, sin decir nada más que correcciones sobre el baile. Sé que debería comer algo. Trato de pensar en qué hacer y dónde comer, cuando me llega un mensaje de Levi diciendo que él llevará el almuerzo.

Pasan las horas y estoy en la pequeña plaza; vuelvo a ver la tienda de vestidos de novia y decido entrar. Debo pensar en cómo quiero mi vestido. La señorita me ofrece unas revistas y las compro; puede que venga algo interesante en ellas.

Llego al parque un poco antes de lo acordado; hay grandes paredes de arbustos a lo lejos, así que voy a ver de qué se trata pensando que es un laberinto. Veo a personas caminando por los caminos de piedra entre el pasto. Tomo asiento cerca de los arbustos y espero a Levi. Finalmente, lo veo y alzo una de mis manos para indicar mi ubicación. Va caminando con un poco de rapidez y lleva consigo un topper.

—¿Cómo estuvo la reunión? —se nota algo agitado y toma asiento al lado de mí.

—Hubo una confusión en los departamentos de administración, al parecer tenían que solicitarme para arreglar sus problemas —suspira—, pero te he traído algo de comer.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now