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〖𝓑𝓪𝓻𝓻𝓮𝓻𝓪  𝓪𝓰𝓻𝓲𝓭𝓾𝓵𝓬𝓮〗

Poco después de que Levi se marchara, entré y noté a todos en un ambiente muy animado. Todavía bailamos y tomamos un poco; yo no me excedí.

Los primeros en irse fueron Annie y su amigo; sin duda él era alguien muy simpático. Colt, Marco y Nifa se prepararon para salir y tomar el bus. Historia, Isabel, Farlan y yo nos quedamos otro rato conviviendo con los amigos de Jean, Mikasa y Eren.

La hermana de Levi era muy amable y graciosa, conversamos un poco sobre de quién iba disfrazada. Ella me dijo que era una científica forense que sale en una de sus series que le gusta ver, no tenía bata para complementar, pero le gustaba el estilo del personaje. Creo que nos llevamos bien ese día.

Al dar las diez, Mikasa y Eren se marcharon. Sasha y Connie se quedarían en la casa de su mejor amigo. Nosotros nos despedimos y Sasha me dio su número. Hanna estaba lo que seguía de ebria, me di cuenta que se emborrachaba con facilidad.

Después de agradecer a Jean por invitarme, le entregué su corbata. Me preguntó si la había pasado bien y le respondí dándole a entender que no me había divertido desde hace mucho. Farlan y él ayudaron a subir a Hanna al coche, yo iba detrás de ellos. Subí después para acomodarla y que se acostara en mi hombro. Ella compartía cuarto con Louise, cinco números delante de la habitación donde dormía.

Nos fuimos marcando las diez y media. A la mitad del camino, Hanna se levantó y vomitó. Saqué un pedazo de papel y se lo entregué para que se limpiara. Teníamos que lavar eso antes de entrar al edificio. Si miraban en este estado a una alumna, estábamos jodidos todos.

Llamamos a Jean para comentarle. De forma rápida decidimos que Hanna se quedará en la casa de él. Ella no podía quedarse sola, así que decidí estar con ella; no seríamos las únicas pues Sasha y Connie estarían allí. Farlan regresó y sacamos a Hanna del coche para subirla a una habitación, la cerramos y salimos para limpiar el auto.

—Mañana... ¿qué harás si te descubren? —preguntó Historia. Podía ver en su rostro que estaba preocupada; y también porque hacía demasiadas preguntas.

—Iré de inmediato a las ocho, llegaré a bañarme y a arreglar las cosas. Espero que nadie se dé cuenta que no llegué. A Hanna es más sencillo, ella puede decir que se quedó en la casa de sus padres —habíamos terminado de limpiar.

—Pero, tú ¿qué dirás? Hanna estará bien aquí —añadió mirando el reloj de su teléfono. Por suerte la academia estaba a unos diez minutos sin tráfico.

—No se darán cuenta —hablé sin temor.

—Está bien. Cualquier cosa me llamas.

En menos de cinco segundos ellos ya estaban arriba del coche yéndose, llegaron exactos a la academia. Jean y yo nos quedamos afuera unos minutos tan solo escuchando el sonido de la noche, era silencioso y no sabía que estábamos haciendo ahí; debajo de la oscuridad y del frío.

—Deberíamos entrar —propuso y acepté. Al cerrar la puerta Connie y Sasha seguían comiendo y cantando algunas canciones de Lady Gaga.

—¿Quieres una taza de café? —habló Jean interrumpiendo la atención que tenía hacia sus amigos.

—No soy fan del café —reí y las luces de colores seguían prendidas. Noté la mirada de Jean en mí.

—¿Un té entonces? —ofreció después de varios segundos y acepté.Él tomaría café.

Me dio un pan con mermelada. Hablamos por un rato sobre sus amigos y cómo los conoció. Con Sasha tenía una amistad desde hace años, para ser precisos desde los seis y Connie lo conoció en el instituto. Iban a la universidad no muy lejos de aquí. Me comentó que Connie tocaba el piano y quedé boquiabierta cuando lo dijo; y más cuando mencionó que su amigo, al mirar a Levi, quería ir a hablarle. Según, Connie le insistió para que hiciera que Levi se quedará un rato más. Me quedé pensativa y mirando la tonalidad del té en mi taza.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now