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〖 𝓡𝓸𝓼𝓪 𝓶𝓪𝓻𝓬𝓱𝓲𝓽𝓪〗

El viernes por la mañana seguía sin sacar esa imagen de él, repitiendo la melodía una y otra vez en mi cabeza, la tarareaba mientras limpiaba la cafetería o al leer el libro por las noches. Recordaba el movimiento de sus dedos presionando cada tecla y lo replicaba en cualquier superficie, todo se había quedado en mi vaga memoria.

—¡Hey! —di un brinco al oír el grito de Historia — ¿Me estás haciendo caso?

Estaba sentada en su cama mientras discutíamos sobre... ¿qué vestido le quedaba mejor? No estaba segura.

—Disculpa —hablé enseguida—. Creo que el vestido rosa.

Me miró desconcertada y dijo:

—Te veo distraída en estos días —regresó su vista al espejo mientras colocaba los atuendos sobre ella de colores: rosa y azul.

—Lo siento, es el papel que me mantiene al borde de mi muerte —comenté sarcástica, pero tenía un poco de verdad.

—Ya hemos hablado de eso —soltó un suspiró—. Creo que llevaré esté —decidió al fin alzando el de color rosa.

Si mal no recordaba iría a una cena con su familia ese fin de semana, al día siguiente para ser exactos.

—Te dije, es el que más me gusta para ti y la ocasión —fui a sentarme a la silla a un lado de la ventana para mirar las afueras del edificio—. Dime, Historia.

—Uhm —puso atención.

—¿Tú no quieres el papel? —seguro era una pregunta muy estúpida.

—¡Claro que sí! —respondió— No sé que te hace pensar lo contrario.

Ella me interrumpió al hablar añadiendo "si lo obtengo esta bien, pero si no también" sin ningún tono de preocupación y eso me sorprendió.

—Vaya, entiendo.

—Las demás, creó, harían lo que sea con tal de conseguirlo —se tiró a su cama y miré el reloj. Ese día quedé de almorzar con Jean—. Además de ser la oportunidad de tu vida, hacer un nuevo ballet, si te dan el rol principal las compañías llegaran a verte mucho mejor... y eso indica oportunidades de trabajo.

—Es lo que todos quieren —de que me servía seguir mejorando.

—No te desanimes, eres, para mí, la mejor —habló y sonreí por su comentario.

—No todos piensan así —me refería a los profesores, eran los votos que contaban.

—Te diré una cosa, consigue un papel, el que sea y te aseguro que por lo menos una compañía se acercara a ti, no importa si te dan el de hasta atrás, o el papel del árbol que baila —reí— tú haz lo que amas —me miró y ese comentario me motivó a seguir peleando por el principal.

—Lo conseguiré, entonces —comenté decidida.

Sonó mi teléfono indicando que tenía un nuevo mensaje, era Jean que estaba cerca del edificio.

—No olvides que la compañía rusa viene —dijo emocionada—. He oído que vendrán la directora Yelena y la coreógrafa Ymir, ¡te imaginas! —se levantó y acomodó su vestido en un gancho.

—Aún no conocemos a qué vienen.

—¿Qué tal si...? Que tal si vienen a buscar a alguien para que trabaje con ellas, no sería asombroso ____ —brinco con emoción.

—Serán estrictas, supongo, para escoger. Ya veremos.

En la clase del día anterior habían hablado sobre ello, se mencionó que vendría la compañía rusa, quizás, solo para ayudar en el nuevo ballet.

—O a la fiesta de compromiso de Hange —seguía mirando por la ventana.

Hacía más de dos días nos enteramos que se daría una fiesta por el compromiso de Hange y Moblit, al parecer era algo muy privado y sólo personas muy cercanas a ellos asistirían.

—Creo que la primera opción es la correcta. Bueno, iré a almorzar, te veo en clase de Rico —ella me miró con su cara juguetona y sonreí al cerrar la puerta.

Me encontré con Jean y tenía una rosa roja en sus manos. Llegué con él y se notaba nervioso. Lo saludé y él me respondió.

—Te traje esto —me la entregó con mucha seguridad, pero tenía un rubor en sus mejillas—. Creo que el color es muy bonito y le queda muy bien a tu tono de piel... Espero y te guste —alzó una de sus manos para rascar su nuca y mirar a otro lado.

—Que lindo detalle. No pensé que a las salidas de amigos se llevaban rosas —dije con burla para después agradecer.

—Por supuesto que sí —comenzamos a caminar hacia la plaza.

Para el color de las rosas me encantaba el rosa claro, parecía una esencia pura y linda, pero las rojas no estaban mal.

Decidimos comer algo y hablamos sobre muchas cosas: el cómo se sentía en la academia, de su instituto y que trabaja de repartidor de pizzas por las noches, etc. Me costaba compartir sobre mí, mi familia e infancia, no era algo que quisiera compartir a la ligera. Ponía atención a todas las palabras que decía, compartí muy poco a comparación de él.

Sentía que "eso" iba demasiado rápido y hablé.

—Jean —mencioné su nombre a la vez que él parecía disfrutar su comida—, creo que esto va algo rápido.

Me miró y soltó una risita que no llegué a comprenderla.

—¿Lo dices por la rosa?

—Jean, quiero ir poco a poco. No me gustan las cosas rápidas —añadí con seguridad pues por supuesto quería pasar tiempo con él, pero al menos yo sentía que iba demasiado rápido; él no conocía absolutamente casi nada de mí.

—Está bien, iremos a tu ritmo —agradecí y continuamos con el almuerzo.

Al final discutimos sobre cómo íbamos a pagar, yo me inclinaba a que cada quien lo suyo o mitad y mitad, pero Jean insistía en pagarlo todo él, no se lo permití y pagamos la mitad.

Llegamos a las dos de la tarde a la academia de nuevo y él tenía que irse a sus clases, iniciaban antes mucho antes los días viernes para ellos. Nos despedimos y en vez de ir a la habitación, fui a pedir el salón. Entré al edificio y fui con la secretaría de Erwin. Hablamos un rato sobre el clima y después me dio permiso, sin duda era una muy buena mujer.

Al llegar tomé asiento delante del espejo, olí la flor y la deje a un lado, tenía que pensar dónde colocarla.

Me puse audífonos y comencé a calentar, había agregado Clair de Lune a mi playlist y después de unos quince minutos salió. Cerré mis ojos y volví a estar en esa escena. Amaba cada nota que salía y decidí hacer un baile donde expresará todos esos sentimientos que me mantenían atada a esa idea. Desconecte el cable de los auriculares y subí el volumen lo más que pude.

Cree movimientos suaves, pero precisos que combinarán con el paisaje en las orillas del océano y no podía olvidar el sentimiento de melancolía que me remitía los ojos de ese chico.

Faltaba alguien que tocará el piano que se encontraba a unos metros de mí y deseaba que fuera él quien lo hiciera.

TENIA QUE SUBÍR CAPÍTULO HOY :))))))
FELIZ CUMPLEAÑOS LEVI ACKERMAN 😭✨

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now