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〖𝓒𝓸𝓶𝓶𝓮𝓷𝓽 𝓹𝓾𝓲𝓼-𝓳𝓮 𝓽𝓮 𝓭𝓲𝓻𝓮 "𝓳𝓮 𝓽'𝓪𝓲𝓶𝓮" ? 〗

Al terminar el ensayo, un poco tarde, la bailarina principal de la compañía sale. Levi y yo nos quedamos hablando sobre la ruta que se tomará al Palacio de Versalles el día de mañana.

De un momento a otro la conversación pasa a los museos que visitaremos el día de hoy. Mi clase con las niñas dura dos horas cada una.

Todo lo que había pasado entre nosotros en el pasado quedó atrás; ahora estamos formando nuevos recuerdos.

Nile nos había comentado a ambos que la clase con las niñas de seis años era a las doce, apenas tuvimos tiempo para comer algo. Esperamos a las niñas en el mismo salón; los dos estamos sentados en el banco cerca del piano.

—¿Aún recuerdas la canción que te enseñé? —pregunta, y como respuesta comienzo a tocarla con ambas manos.

Él parece sorprendido y observa mis dedos presionar las teclas. Termino de tocar un fragmento de la canción y vuelve a mirarme.

—Pensé que la olvidarías —su mirada se vuelve distinta a todas las que me ha dado. Está iluminada y sus pupilas dilatadas.

Las niñas comienzan a llegar, impidiéndome responder, y lo presento cuando ya está la mayoría. Me entretengo hablando con algunas de ellas de su día.

La clase inicia y como una vez dijo, tocaría para una de mis clases, me causa algo de alegría al saber que se ha cumplido. Me mantengo concentrada en las lecciones, mirando a las chicas, sé que toca música de Tchaikovsky. Una que otra vez intercambiamos palabras.

Sé que las promesas no siempre se cumplen, las nuestras estaban condenadas a seguir ese camino. Pero nuestras almas se llaman sabiendo que aún hay algo por cumplir.

Lo miro tocar y mi corazón con cicatrices vuelve a latir, sintiéndose mío.

Las niñas se acercan a mí al final de la clase y esta vez les llevo otro dulce. Una de ellas me da un pequeño llavero de la torre y le agradezco, me abraza. Una vez que ya no hay niñas en el salón, tengo treinta minutos libres para la siguiente clase.

—Se ve que te adoran, eres buena maestra —sonrió mientras recojo mis cosas.

Almorzamos en un puesto cerca de la academia. Le hablo sobre los museos de la ciudad y cómo he estado recabando información para decidir cuáles visitar. Él añade sus experiencias en varios de los que menciono, así que propone que vayamos a algunos esta tarde.

Expresa que tiene cosas por hacer en su instituto antes de vernos para ir a un viaje en la historia de Francia. Sé que el tiempo disponible no es suficiente para recorrerlos con el detenimiento que se merecen. Al menos me llevaré unos recuerdos de ellos.

...

Estamos en el último museo, Rodin; están a punto de cerrar y sé que me tengo que despedir de las pinturas, rosales y las pocas hojas secas sostenidas en los árboles. No quiero irme y, sin éxito, trato de retardar nuestra salida al cielo gris.

Al estar en la entrada la llovizna nos comienza a empapar y Levi mira a los lados.

"Esto no estaba en mis planes" me río un poco, hace que la salida sea interesante y un poco con imprevistos.

Vamos a paso rápido tratando de salir a la avenida principal, intentando agarrar un taxi, ya que decidimos caminar y andar en transporte publico para ir a los museos. Me cubro con mi bolsa para que no moje mi rostro.

Me hace seguirlo y el agua se mete por mis zapatos o al menos esa es la sensación. La mayoría de la gente va en dirección contraria, hay varios paraguas que impiden ver el camino. Me muevo hacia la calle para tener más libertad al caminar y seguir a Levi que apenas puedo verlo.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now