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〖𝓟𝓮𝓻𝓵𝓪𝓼〗

Él tenía algo que decir. Me imaginé que no era nada importante, porque si así fuera no me hubiera dejado ir.

El último fin de semana estuvo llena la recepción del edificio, todos habían regresado. Historia volvió el domingo por la mañana, estaba esperándola en la entrada para saludarla.

Mire que venía y comenzó a correr hacia mí. Llegó a abrazarme y la recibí.

—Ah, te extrañe —comentó dándome espacio para respirar.

—Igual —Note un bronceado en su piel, se miraba bien. Yo me hice más pálida de lo que ya estaba.

Subimos a la habitación con sus maletas.

—¡Dios mío! ¿Historia que traes guardado? —suspiré al llegar al piso donde estaba la habitación.

—Ya verás —Pasamos al cuarto mientras hacia girar las ruedas de la mochila.

Se percató de la jaula de Vangh y se acerco a él.

—Ahhh, ¿qué le paso? —miró su ala vendada.

Le explique sobre su estado en ese momento y que pronto se iría, mientras con su dedo tocaba con delicadeza la cabeza del ave. Se levanto y decidió guardar sus pertenencias.

—Volví a arreglar mis cosas como estaban. Puedes ponerlas como antes.

— Vale, toma —subió la maleta que ella llevaba a su cama y la abrió—. Te he traído un botecito con arena y una pulsera con caracolas.

—Awww, te acordaste de mí —las recibí con las dos manos.

—¡Por supuesto! No iba a dejarte olvidada —Siguió mirando el interior de la maleta—... Eso no es todo para ti... Déjame ver donde lo dejé —observé como desesperada empezó a mover ropa suya.

—Esperaré a qué arregles tus cosas —suspiró.

–Sí, no sé si viene en esta o en aquella —señalo la pequeña maleta que estaba a un lado de mí—. También traje algo para los demás: a Isabel le traje una pulsera y un par de caracolas que me pidió; a Farlan, Jean, Marco y Colt camisas hawaianas; y a todos un lindo collar de flores. Te las mostraré cuando las encuentre.

Le agradecí por el obsequio. Ella se arrodilló frente a la maleta que ayude a subirla y dentro de ella había un montón de libros.

—¿Cargaba tus libros todo este tiempo? –pregunté con una risa.

–Traje nuevos... –reanudó la búsqueda entre ellos.

Le entregue el par de calentadores que le había prometido. Supe que estaba emocionada debido a la sonrisa que puso al verlos.

La pasamos en la habitación, le ayude a acomodar sus cosas dentro de los espacios vacíos. Fui al trabajo casi después de terminar. Marcel y yo hicimos nuestro labor como siempre, recuerdo que ese día llegue cansadísima.

—Pensé que ya estabas acostada —Eran las casi doce y media de la noche y mi compañera de cuarto estaba guardando cosas en su mochila de baile. Cerré la puerta.

—Te esperaba. Toma, esto es tuyo —me extendió una caja negra y la recibí.

—¿Qué es esto? —estaba emocionada por la sorpresa.

Supuse que la tapa del rectángulo llevaba escrito, en plateado, el nombre de la tienda. Subí la tapa y me sorprendí al mirar el contenido.

—No, historia yo no puedo... —reí nerviosa regresando el obsequio.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now