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〖 𝓓𝓲𝓼𝓬𝓾𝓼𝓲𝓸́𝓷 〗

Había terminado todo. Limpiaba mi rostro con un algodón mientras me miraba al espejo. Las luces amarillas iluminaban mi rostro y había un gran silencio. Aún vestía el último vestuario, quería recordar cada sentimiento que viví en el escenario.

Llamaron a la puerta y fui de inmediato abrirla. Era una chica que tenía un ramo de flores rosadas en sus manos.

—Disculpe señorita, dejaron esto a su nombre en la puerta...

—¿Son para mí? —pregunté asombrada, observé a los dos lados del pasillo.

—Vino un repartidor de la florería y comentó que eran para usted —me extendió las flores y las recibí.

—Oh, muchas gracias por traerlas —comentó que no era problema y le sonreí.

Cerré la puerta y las acerqué a mi nariz, olían rico, las puse en la mesita. No me imaginé quien las había mandado. Revisé si tenían alguna nota, pero solo encontré una tarjeta con mi nombre escrito en ella.Seguí con lo mío, no quería darle más vueltas al asunto. Tarareaba una canción mientras tomaba el vestido que me iba a poner.

Hitch me mandó un audio diciendo que lo había hecho genial, notaba su voz emocionada, a Marlo lo oí hablar desde la lejanía "la mejor presentación que haz hecho" y mamá me dedicó unas palabras en el mensaje de voz. Marcel me dijo que había disfrutado la función y que me veía espectacular.

Espere unos minutos a que mi piel se sintiera fresca y comencé a maquillarme de forma no muy llamativa, me había cansado de tanta sombra alusiva.

Me coloque el vestido y trate de subir el cierre por completo. Me hubiera gustado ser más alta para lucirlo más. Logré ponérmelo, continúe con los aretes y el collar de perlas que Historia me había dado.

Arregle mi cabello suelto, ya me dolía un poco la cabeza de tanta liga y pasador. Me puse los tacones y justo tocaron la puerta.

La abrí. Eran Jean, Historia y Marcó. Los chicos iban de traje e Historia con su vestido que habíamos comprado en la tienda y su collar de perlas.

—Nos están esperando allá —comentó ella—, ya todos se fueron al salón.

—Disculpen —salí de la habitación y cerré la puerta. Jean me sonrió y le devolví el gesto.

—Te han dado rosas —habló Historia y afirmé con la cabeza—. ¿Admirador secreto?

—No lo sé —reímos y continuamos caminando de a dos personas, el espacio era algo reducido.

Hablamos de que se encontraban demasiadas personas importantes en la gala. Hasta me enteré que el director de la compañía francesa estaba ahí mismo, en el salón del teatro. Quizás, tenía una oportunidad.

Pregunté si los había contactado alguna compañía, ninguno dio alguna noticia sobresaliente.

Seguimos por el camino y llegamos, la señorita que estaba en la puerta nos preguntó nuestros nombres, al decirlos de inmediato nos dejo pasar. Me quede con la boca abierta debido a la gran decoración que había en el lugar.

Grandes pilares estilo griego sostenían el techo, el piso era de mármol y, atrás del escenario con instrumentos, había esculturas talladas. Las mesas, con manteles vino y blanco, eran decoradas por flores de diversos colores cálidos, puestas en floreros altos y junto a ellas había dos candeleros que tenían sus tres velas encendidas. También había estatuas que parecían de bronce a los lados de algunas columnas, y tres candelabros colgantes sobre el techo que le daban iluminación a la parte central del lugar.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now