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〖𝓐𝓻𝓻𝓲𝓫𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓫𝓪𝓵𝓼𝓪 〗

Mis pasos se volvieron más lentos y cortos. No había nada que hacer, la lluvia comenzó a caer con más fuerza y cantidad. Miraba mis zapatos que poco a poco se empapaban. Las gotas se impregnaban sobre mí, frías y frescas. El sentimiento de culpa llegó a invadirme.

"Oh, Hitch. Lo siento" susurré.

Durante semanas esperaba ese día para que se arruinara, me había perdido la competencia de mi mejor amiga, quizá la más importante hasta ese momento. Le había fallado y se sentía horrible. Alcé mi vista hacia las nubes grises y el agua caía en mi rostro, entre cerré los ojos. Lo único que ocupaba mi campo de audición y visión era la lluvia.

La idea del papel llegó a mi mente, debí de estar feliz por tener uno, pero mi deseo de querer tener el principal jugaron en mi contra. "¿No me esforcé? Acaso no era suficiente para el papel" comencé a preguntarme. Tal como él lo planteaba "la última opción" mis piernas se debilitaron y comencé a desahogarme.

Recordaba estar en la habitación con Reiner. Lo besaba y quería tener un momento íntimo con él, hacía tiempo que no lo hacíamos. Pero él se apartó de mí diciendo "no estoy de humor".

—Reiner no tiene humor para tener sexo, eso es nuevo —respondí con burla y me senté al otro lado de la cama.

Lo estaba perdiendo. Unos días antes lo había visto con una porrista coqueteando, pero no le di importancia, pues él decía "somos amigos" y confiaba en él.

—Tengo el sábado una presentación en el teatro. Te conseguí un boleto, espero y asistas. No irán muchas personas y quiero que vayas a verme —podía sentir mi voz cada vez más débil. Deslicé el boleto sobre la cama, que había comprado con mis ahorros, y lo dejé a mitad del camino.

—Tengo práctica con el equipo —respondió y en vez de tomar el boleto, agarró su teléfono a un lado de él.

Lo comprendí. El siguiente fin a ese tendría un partido importante con el equipo de fútbol americano y el Cornerback no podía faltar.

Estaba dispuesta a irme. Quería que me detuviera, pero no lo hizo.

—¿Reiner, tienes hambre? Puedo traerte algo de comer o hacerte un ome...

—¿Mierda acaso no te das cuenta? "Reiner quiero", "Reiner aquello" —comenzaba gritar—. Estoy cansado de esto ____. Entiéndelo, eres la persona que nadie desea ver bailar, siempre serás la última opción. No llegarás a ningún lado. Sal de aquí, quiero algo de privacidad.

Me quedé asombrada de todo lo que dijo ese día, solo trataba de hacerlo lo mejor que podía para que estuviera más tiempo conmigo.

—Llámame cuando estés tranquilo —su habitación comenzaba hacerse pequeña, me estaba quedando sin oxígeno y podía sentir el nudo en mi garganta querer salir.

"Eres la persona que nadie desea ver bailar" "Siempre serás la última opción". "¿Era cierto? Sí, lo era" pensé.

No asistí a la presentación del sábado debido a su comentario, a pesar de que tenía el protagónico. Fingí estar enferma y me sustituyó una compañera. Todo el día la pase en la cama, bajo las cobijas. Mi mamá preocupada llamó a Hitch y ella golpeó la puerta todas las veces que pudo para que la dejará entrar, pero yo solo podía oír las palabras que Reiner dijo.

¿Por qué llegaron a mi mente esos recuerdos? Asumí que ya los había olvidado por completo, pero no fue así. Mis lágrimas se combinaron con la lluvia cayendo por mi rostro.

océan parfait | Levi Ackerman [editando]Where stories live. Discover now