Me convertí en una bestia espiritual y abracé el muslo equivocado

Capítulo 14

Decepción

El sol se ha hundido por completo y las nubes se oscurecen hasta adquirir un color negro verdoso, como si estuvieran salpicadas de tinta. Una luna curvada asoma entre las nubes, brumosa como si estuviera cubierta por un velo.

    Mu Lin se precipita por las colinas.

    La brisa nocturna era hermosa, la silueta negra y oscura de un hombre pasó rápidamente, superponiéndose a las sombras proyectadas por la hierba y los árboles. En su mano izquierda, sostenía el zorro con tal fuerza que estrangulaba las costillas de Xu Feng, mientras que en su mano derecha apretaba la horquilla de jade con firmeza, con el dorso de la mano magullado y los nudillos blancos.

    Xu Feng estaba tranquilamente acurrucado en los brazos de Mu Lin, escuchando cómo sus ropas se agitaban con el viento, el chico respiraba pesada y rápidamente, su corazón latía como un tambor de martillo.Tal vez fuera por la conexión entre la bestia espiritual y su amo, o por alguna otra razón, su corazón se sentía como si hubiera sido atravesado por una pequeña espina, causando un ligero dolor.

    Siempre ha creído que es mejor sufrir un dolor corto que un dolor largo, que la pérdida del amor es un catalizador para el crecimiento de un adolescente, y que Mu Lin conocerá a alguien más adecuado para él en el futuro. Es fácil decirlo, pero sólo cuando se está en medio de ello, cuando se siente realmente lo que es estar sin amor, se conoce el dolor.

    Mientras observaba el "escape" de Mu Lin durante media hora, la inexplicable culpa en el corazón de Xu Feng crecía cada vez más. Levantó la vista, intentando captar la expresión de Mulin, pero la noche era tan oscura que el rostro del joven estaba oculto en las sombras y no se veía nada.

    Después de pensarlo, Xu Feng estiró la pata y dio un golpesito en el pecho de Mu Lin con sus almohadillas.

    El gesto fue tan cuidadoso y ligero que Mulin estaba tan inmerso en su propio mundo que no lo sintió por un momento.

    "Ao ......" Xu Feng le dio varios golpes, con el sonido de sus uñas rastrillando la tela de su pecho.

    Mulin se detuvo en sus pasos.

    "¡Por qué tuviste que rogarle!" De repente, una pregunta llegó desde arriba.

    Xu Feng miró la luz de la luna y se encontró con un par de ojos ligeramente rojos.

    El rostro del joven estaba pálido, su pecho se agitaba violentamente y su voz temblaba imperceptiblemente. El sudor de su frente estaba empapado en su pelo de tanto correr, y parecía un poco avergonzado y agraviado.

   Mu Lin miró fijamente al zorro y le gritó: "¡¿Quién te ha dicho que le ruegues?!"

    Xu Feng: "......"

    "¡Si no la quiere, no la aceptará!" Mu Lin dijo: "¡A quién le importa dársela!"

    La fuerza y la velocidad con la que le clavó la horquilla en la solapa sobresaltó a Xu Feng, que pensó que iba a clavársela en el pecho.

    "¡Ao!"

    "Baja"

    Mulin avanzó unos pasos, encontró un árbol de altura adecuada, levantó a Xu Feng y lo apoyó en una rama.

    Xu Feng se desprendió de sus brazos y se quedó quieto.

    Con estas palabras, Mulin retrocedió una distancia y sacó su espada abruptamente.

    ("¡Ceng!")

    Un destello de luz plateada hizo que el entorno fuera tan brillante como la luz del día. A Xu Feng le dio un vuelco el corazón y vio cómo un enorme árbol se partía en dos y caía al suelo.