Capítulo 50

1.7K 101 5
                                    


Habíamos tenido una buena tarde, una en donde los cuatro fuimos capaces de poder disfrutar de las locuras y agradable bienestar de entre todos. Se sentía tan bien poder pasar tiempo juntos, poder convivir entre los cuatro, dejando en claro la amistad de entre dos o más personas.

Aunque los otros dos eran pareja —claro está— eran muy buenos amigos de los dos, y entre ellos, se puede decir que hay una buena amistad que hace todo fluya tan bien. Como siempre debe de ser.

Entre esas cuatro largas horas en las que convivimos en cuarteto, no logré pasar por desapercibida aquella mirada de angustia por parte de la pelinegra. Era como rincón la mirada quería preguntarme de todo, lamentablemente en ningún momento se nos dio la oportunidad de cruzar por lo menos una sola palabra que no fuera más allá de la diversión que obteníamos estando juntos.

Sabía que tenía que aclarar un par de cosas y muy grandes. Al parecer, había quedado claro que había sido la chica la que se me lanzó encima, había aprovechado cada pequeño momento en el que me descuidé para lanzarseme encima y querer intentar besarme.

La verdad, es que me sentía bien al saber que fue Claudia y Harry los que aparecieron en ese momento, y sobre todo, estaba agradecido de que Claudia me hubiera quitado de encima a esa chica que si no fuera por ella, hubiera quedado con un ligero trauma.

Ahora, sólo esperaba que Dayan no sospechara nada de todo esto.



Dayan.

Nuestra tarde se basó en jugar, contar chistes ir de un lugar a otro y así, hasta saber que los cuatro nos encontrábamos cansados.

La visita junto a Peter con mi madre había sido algo incómoda para mi, además de que de cierta manera me molestó la forma en la que él le hablaba a mi madre.

Lamento tanto que te haya pasado esto...

Cada una de sus palabras andaba por mi mente en cada momento. Era difícil de sacarlas de allí al saber que yo era más que consciente de todo lo que había sucedido, prácticamente fui consciente de el cambio que hubo entre mi padre y con las palabras que le dedicaba a mamá. Tuve que entenderlo a mi y temprana edad...

No creí en nada de lo que decía.

Fui una mala persona, merezco tu odio y el de nuestra hija... Realmente me arrepiento de todo.

Era una persona hipócrita, hasta ahora, la peor que he conocido en toda mi vida. ¿De verdad decía todo aquello? Esperaba que fuera solamente una ilusió.

Pero no lo era.

Lo lamento.

Sus sollozos tampoco me tomaban por sorpresa, esas lágrimas que resbalaron por sus mejillas no me convencían, nada en él lo hacía. Estaba haciendo un drama, quería que tuviera lastima por él y vaya que la única lastima que sentía hacía él era nada más y nada menos por verse tan miserable ahora.

Fui yo el responsable de todo.

Claro que lo fue.

Tú nunca fuiste una mala persona, ni siquiera nuestra hija. Ninguna de las dos, fui yo el error.

Y justamente eso me hizo desvanecer un poco. Porque era verdad y se sentía tan bien escucharlo de su boca, de que aceptara un poco de la verdad, de que fuera consciente de los errores que provocó en nuestras vidas. De aquel doloroso e imborrable día.

—Veo que estas un poco distraída. ¿Te encuentras bien? —Sentí una caricia por mi espalda, mi piel se erizó en seguida, provocando que cerrara mis ojos.

La Nerd Más Hermosa; Horan1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora