Capítulo 3

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Siendo un día nuevo era un tanto bueno, no demasiado, porque consistía en tener que asistir a clases. Además de que me gustaban los estudios y de que fuese mi obligación, lo que únicamente no me gustaba eran esas molestas personas que se beneficíaban con el dolor de las demás, haciéndolas sentir mal. Era un desastre la sociedad.

Pensando muy bien las cosas, por poco y olvido que el día de hoy me veré con Niall para esas dichosas clases de asesorías en cálculo. Me parece algo sospechoso, pero tampoco podía ser siendo yo tan mala persona, ¿O si? De algo serviría.

Hice mi rutina diaria -al menos como la hacía de lunes a viernes-, llegué a la cocina, sin encontrarme a mi madre, sabiendo que ni siquiera pudo llegar a casa por la noche o que pudo haberse ido a temprano hora al trabajo. Todo había sido demasiado silencioso la noche anterior, inclusive ahora por la mañana.

—Seguro no llegó...

Busqué en el refrigerador algo que pudiera llamar mi atención para desayunar pero, al igual que la noche anterior, no hubo nada. Solamente bebí algo de agua, ni siquiera el hambre estaba presente. No sentía nada en ese momento
Bajé mi mochila de mi habitación con las cosas preparadas para el día de hoy. Tome lugar en el sofá de la sala de estar, frente a la televisión para ver algo antes de irme al colegio, no me gustaría llegar demasiado temprano.

Relativamente me la pasé cambiando de canal todo el rato que me la pasé sentada en el sofá, ¿Por qué no lograban pasar algún programa bueno a tempranas horas de la mañana? Algo que sirva y sea bueno, que entretenga.

Casi frustrada y mirando que ya podía marcharme, salí de casa, con llaves en mano y el celular por igual. Mi mochila colgada en mi hombro que después de guardar las llaves, terminó por ser colgada en mis dos hombros. Saludé al par de vecinos que se levantaban a temprana hora todas las mañanas, la mayoría de ellos parecían ser buenas personas, algunas, solamente llevaban su rostro largo. Parecían cansados, tal vez de su rutina diaria o de la vida... Algo que jamás lograremos saber con exactitud en las personas que nos rodean.

Y cuando menos lo esperaba, ya me encontraba pensando nuevamente en ese chico que solamente se me acercó para volver a dejar mi mundo de cabeza.

De él, jamás sabré que es lo que quiere de mi o conmigo, porque cuando creí que lo conocía lo suficientemente bien, terminó por dañarme. Seguro muchos creerán que no fue para tanto, que fue más como una típica pelea de amigos adolescentes en el que en cualquier momento volveríamos juntos y haríamos como si nada pasó. Claro, cada quien quiere creer lo que le plazca. Entre el y yo, nuestra amistad, se había terminado hace tiempo. Fue él quien se marchó y yo no iría tras él. En ese momento en que me dejó las cosas en claro y salió de casa, fue él el que decidió su camino y su destino por igual, decidió irse con alguien que jamás lo valoraría ni lo querrá como en algún momento yo lo quise.

Uno nunca se da cuenta de las cosas y personas que lo rodean.

"Hija, cuando llegué anoche a casa estabas durmiendo, no quise despertarte, tampoco por la mañana, era muy temprano. Tuve que salir de viaje, hubo un problema en la compañía, olvidé dejarte una nota. No sé por cuánto tiempo será este imprevisto."

"Te quiero. Cuídate y aliméntate bien. Te llamaré apenas pueda. Despositaré en seguida dinero en tu tarjeta."

Por esta única razón era por la que mi celular sonaba.

Sino eran mensajes o alguna llamada de Claudia, era mamá, avisándome que tenía que hacer algo o que se iría de viaje, dependiendo.
Pasaría un largo tiempo sola en casa, una vez más. Cada vez iba acostumbrándome un poco más.

La Nerd Más Hermosa; Horan1Où les histoires vivent. Découvrez maintenant