Capítulo 91

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No dejaba de pensar, así como tampoco dejaba de removermede un lado a otro en la cama. Sabía que terminaría despertando e interrumpiendo el sueño de la personita a mi lado. Dormía plácidamente, desde hace al menos dos horas.

Aparté su brazo de mi cintura, todo eso para no despertarlo cada vez que me movía pero, eso parecía que sería imposible. Ya habían sido al menos dos veces en las que también se removió en la cama, cubriendo su cuerpo.

Afuera se encontraba helando prácticamente. Pero la habitación era cálida, demasiado.

Sabía que mamá estaba en buenos brazos, se encontraba aún durmiendo en la habitación de Maura, esa mujer en mi vida era un gran alivio, aunque me daba demasiada vergüenza que ella se hiciera prácticamente cargo de todo; primero conmigo, y ahora, con mamá. Cuida de ella, prepara el desayuno para todos —todos nos turnamos— pero algunos días, en los que tiene que levantarse temprano para ir a trabajar, ella lo prepara y eso sucede la mayoría de las veces.

Sé que debo de hacer que eso cambie. Tengo qué, mamá ahora es mi responsabilidad, aunque ella diga que no es así, al menos si es que ella lo quiere —es lo más seguro— hasta que se recupere del todo.

Varios minutos después de estar pensando demasiado, me percato de cómo mis manos se han posado sobre mi vientre. Están entrelazadas entre sí y justo ahí, en donde me he estado preguntando si es real o no; lo que me ha llegado a causar insomnio, dolores de cabeza e inseguridades.

Miro sobre la tela que cubre mi cuerpo, la sudadera es grande y tibia, me mantiene caliente y bien abrigada. Mis manos se mueven ligeramente, esta vez, soy capaz de darme cuenta de lo que estoy haciendo.

Borro todos los pensamientos en mi cabeza, me deshago de ellos en seguida y me centro en mirar únicamente hacía el techo. Comienzo a escuchar los leves ronquidos de Niall, con algo de temor y un poco temblorosa, abrazo su cuerpo. Oculté mi rostro en su espalda y suspiré pesadamente.

Todo se sentía tranquilo estando cerca de él, su aroma y su calidez... Era lo mejor.

Es así, como lograba volver a sentirme adormilada, cuando una de sus manos se posó sobre la mía y susurró palabras suaves y llenas de cariño que lograron hacerme caer del todo en un nuevo sueño.





—Despierta amor.

Escuchaba suaves murmullos a lo lejos, pero las caricias que recibía en mi rostro eran tan cercanas.

Con tanta lentitud fui despertando, muchas veces el sueño podía más que yo. Justo como ahora, apenas intenté abrir mis ojos sólo un poco, terminaron por cerrarse de nuevo.

—Vamos, arriba... —Susurraban ahora más cerca, las caricias nunca se detenían— Despierta, amor.

Sonreí en seguida, mis ojos se sentían extremadamente pesados...

—Mhm, tengo sueño. Mucha pereza. —Murmuré de vuelta, removiéndome en la cama, tratando que no deje de tocarme— Quiero seguir durmiendo por más tiempo...

Aquello dicho por mi, hizo que algo dentro, demasiado dentro de mi subconsciente hiciera un click.

Con todo mi esfuerzo y esas pocas energías que tenía en mi cuerpo, luché para poder abrir mis ojos, riendo a la persona que me hacía caricias y que no quería —por nada— que supiera lo que pasaba por mi mente, porque era un desastre total y algo que hacía que me sintiera tan mal.

—Buenos días.

Saludé flojamente, apenas y sonriendo al hacerlo. No sabía qué me pasaba —cierta parte sí — pero ahí estaba Horan, esperando a que despertara del todo y pudiera decir algo más que un solo buenos días.

La Nerd Más Hermosa; Horan1Where stories live. Discover now