Capítulo 54

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Salí corriendo de la casa, cerrando con fuerza la puerta, regresé para poner llave a la puerta, cerciorándome de que estuviera muy bien cerrada.

Una vez que me acerqué al auto que esperaba por mi fuera de la casa, sonreí saludando a las personas allí.

—¿Lista? —Asentí, adentrándome en el interior del auto— ¿No olvidas nada?

Lo pensé por unos momentos, repasando rápidamente esa lista en mi mente; emití un pequeño sonido, dándolo como una afirmación de que todo andaba perfectamente bien con mis cosas.

—¿Es verdad todo eso?

—¿Sobre qué?

La chica de cabellos rubios de gira sobre el asiento, le extiende el biberón al pequeño que va a un lado mío, que inmediatamente deja su juguete de lado para tomar el biberón.

Ella me mira ahora, como si esperará el momento adecuado para poder preguntarme. Yo solamente espero a que lo diga, a que suelte su pregunta o esa duda que tiene.

Alcé mi ceja en modo de interrogación, seguía tomándose su tiempo.

—Ella quiere saber si es verdad lo que dijo Peter, ya sabes —Echó un vistazo por el espejo retrovisor— Sobre lo de llevarte a Francia. —Terminó por decir.

La rubia da un pequeño resoplido, sonrío por ello.

—Sí, bueno. Eso. —Señala a Maura— Es sólo que yo quería ser un poco más cautelosa con el tema...

Asiento lentamente.

—Sólo era de preguntar así y ya. —Le resto importancia— No hay de qué preocuparse, todos sabemos hasta donde llega ese carácter de Peter. Es una persona con muy pocos...

—¡Theo!

Miró hacía ambos lugares, sorpendiéndome cuando miro leche resbalando por el parabrisas, ambas mujeres en los asientos delanteros permanecían algo salpicadas de aquella fórmula de leche.

—Oh...

—¡Eso no se hace, Theo. —Reprocha la madre— Yo no te he educado de esa manera. Al menos ya no había tanta leche en el biberón...

Acaricié las mejillas sonrojadas del menor.  Me miró con esos enormes y bellos ojos azules, mostrándose celestes en seguida.

—No debes hacer eso. —Apreté su mejilla— Los niños buenos como tú, no hacen ese tipo de cosas.

La risa que dio el pequeño me sorprendió, me sentía tan emocionada al poder ver y convivir con un bebé tan hermoso y adorable como lo era Theo.

Apreté sus mejillas una última vez antes de volver a mirar a la mujer rubia que me sonreía de una manera en la que de verdad no lograba entender nada.

—¿Qué? —Pregunté desconcertada.

Su sonrisa desapareció lentamente hasta sólo mostrarme la comisura de su labio alzada.

—Nada... —Negó— ¿Has pensado en tener hijos?

—Soy demasiado joven como para...

—Obviamente no ahora, Dayan. —Se corrigió en seguida— Me refiero a en un futuro, ¿Lo has pensado?

Guardo silencio, pensando bien en ello, no sabiendo con exactitud que responder.

Había sido tanto el tiempo en el que he pensado en mas cosas que realmente no eran importantes y que me dejaban por completo de lado, tanto como de mi salud como de mi futuro.

¿De verdad había estado tan metida en asuntos irrelevantes como para no haberme puesto a pensar en cosas que si valen la pena?

Qué pérdida estaba.

La Nerd Más Hermosa; Horan1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora