Capítulo 58

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Dayan.

En el pasado me consideraba una persona extremadamente tímida y con poca habilidad para entablar alguna conversación con cualquier persona. Llegué a ser tan introvertida que en ningún momento, alguna persona
—quizá y solamente una o dos— se acercaron a mi para hablar conmigo.

Mis amistades estaban extremadamente reducidas a cero. Recuerdo que el único amigo real que tuve y con el que mejor me llevé, fue Niall. Permanecía a mi lado, me sonreía y me apoyaba, incluso, varias veces fue mi defensor.

¿Cómo no iba a caer a sus pies? Realmente ha sido un buen chico.

Desde antes de entrar al preescolar, los dos habíamos sido tan unidos, mamá posee demasiadas fotos de los dos juntos y no me sorprendería que Maura también tuviera un álbum repleto de fotos nuestras de pequeños.

Ambas mujeres se esforzaron demasiado en ello.

Conforme fui creciendo, cada uno se va dando cuenta de las cosas que suceden a nuestro alrededor, logras percibir las cosas de una manera muy diferente. Y vaya que me tocó desde muy pequeña afrontar muchas de las situaciones que llegaron a pasar en mi casa.

Los padres siempre son tan sobreprotectores con sus hijos, no hay ninguna duda sobre ello, siempre se empeñan en cuidar de nosotros, de hacernos saber de la mejor manera las cosas que están bien y las que no, así como el tener que cuidarnos de las personas de nuestro alrededor, saber qué nos puedo llegar a poner en peligro.

Por eso, el tiempo, poco a poco te va haciendo entender las cosas, comprendes de a poco y, te das cuenta de todo lo que tuvieron que hacer tus padres para que no te dieras cuenta de que tan fuerte fue la situación en algún momento cuando éramos niños.

Siempre es así y es verdad, la infancia debe de ser una de las etapas más hermosas para los niños, donde se guardarán cientos de buenos e inolvidables momentos, por eso, es que los padres siempre han sido así, cuidando y velando por nuestro bienestar. Dándonos claramente el significado de amor con esos actos que parecen ser tan simples, pero que terminan siendo grandes e increíbles.

El amor de padres.

Cada niños siempre está imaginando, creando y pensando en tantas cosas, quizá por algunos años —un poco antes— mi vida ya estaba desmoronada. Tuve que adaptarme a lo que se me estaba presentando en ese momento y por más que mi madre trató de no llevarme de la mañana a ese mundo en el que ella comenzaba a adentrarse, tuvo que hacerlo. Porque yo me negué a dejarla sola.

Fueron noches de llantos, de dolores de cabeza, y fui pequeña para entender otras cosas, como aquél encierro en el que mamá permaneció por un tiempo, la depresión.

Solía abrazarme cuando yo estaba a su oscura habitación, lloraba mientras me abrazaba y después de muchos minutos de llanto incontrolable, terminaba por quedarse dormida. Conociendo bien ahora las cosas, capté todo y lo entendí mejor, por más depresión que mamá haya tenido, por más llanto, dolor, desolación, siempre me mantuvo cerca de ella, porque a pesar de que las dos estábamos solas, de que fuimos abandonadas, solamente éramos nosotras dos. Nos teníamos la una a la otra, éramos el punto de soporte de la otra.

Mamá no me abandonó, me cuidó tanto como pudo y de la mejor manera posible, en sus peores momentos —que fueron demasiados— tuve que aprender muchas cosas, cuidé de ella en esos momentos en los que había tanta oscuridad que parecía que nunca habría algo de luz en nuestro hogar roto.

Ella se dio cuenta de las cosas, supo que no podía estar toda la vida de esa manera, que era yo, su hija, quien merecía tener un buen futuro, quien merecía por completo el amor de madre, el calor de una familia...

La Nerd Más Hermosa; Horan1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora