Capítulo 51

1.8K 97 0
                                    

Desperté con cierto dolor en mi brazo, no fue nada más que se terminó durmiendo mientras que yo también lo hacía. No sabía cómo fue que mi brazo terminó por dormirse si me encontraba en una posición tan cómoda...

El gruñidos que retumbó contra mis oídos me alteró un poco, provocando que levantara mi adormilado rostro para poder ver a la persona que emitía cierto sonido.

Me encontré con su nariz ligeramente arrugada al igual que su entrecejo, sonreí inevitablemente quedándome embobada con él —algo que realmente no era para nada una novedad— podía pasar todo el tiempo mirándolo de esa manera.

Suspiré como tal enamorada.

Pero como todos saben, todo tiene un fin. El mío se vio interrumpido por el trueno fuerte que hizo tumbar gran parte de las ventanas en la casa, cuando me acomodé contra el tibio cuerpo, me di cuenta de que estábamos cubiertos por aquella manta tibia con estampado de ositos, variando los colores. Sonreí inevitablemente, olvidando el fuerte sonido de la naturaleza.

Quedarse así para siempre no estaría nada mal.

Refugiarme en sus brazos... Siempre he estado anhelándolo. Aprovechaba cada pequeño momento en el que ambos terminábamos por abrazarnos cuando estábamos juntos, y cuando nos separamos, entre en delirio por querer estar entre sus brazos...

Era tan reconocido y tan buen lugar entre ellos.

Desde pequeños nos conocemos y, no quiero creer que me gusta ser abrazada por él por otras razones. Creo estar segura de esto, de lo que estoy sintiendo por él.

No me equivoco.

Una vez más, suspiré. Está vez fue más de alivio que de cualquier otra cosa, me mantuve firme y tranquila con todo esto.

La noche había caído ya, las calles eran iluminadas por las farolas en las mismas, nada me preocupaba ahora, ya me encontraba tranquila, porque por mamá, sabía que ella estaba bien, que se estaba recuperando justamente a como lo creímos desde un principio.

Todo estaba yendo bien.

Estar entre los brazos correctos hacía que todo fuese de esa manera, tan tranquilo y relajado, todo yendo a paso lento a nuestro alrededor.

Porque no había dudas de que Niall era mi refugio, pero, ¿Yo seré su refugio?

Y vaya que mi tranquilidad mental se esfumó en seguida.

Me centré en mirar su rostro, en acariciar lentamente su pecho con las yemas de mis dedos, los suspiros que salían de sus labios entreabiertos me hacían sonreír.

Se veía tan malditamente adorable.

Seguí mirándolo dormir. Era tanta la tranquilidad que emanaba de sí mismo; toqué la punta de su nariz, siguiendo por sus labios y subiendo por sus mejillas tranquilamente. Miré perfectamente como arrugaba nuevamente su nariz, aparté mi mano para que volviera a su pecho.

—Te ves tan lindo...

Cerré mis ojos. Trataría de volver a dormir aunque fuese solamente un poco ó al menos hasta que Niall se despertara, porque sabía que en cualquier momento terminaría por despertar de todas maneras.

Dormiré por un corto momento cuando sentí como se movía debajo de mi, se removía de forma insistente hasta que terminé por sentarme un poco mejor en el sofá; lo miré desde mi altura y sonríe al verlo estirarse poco a poco. Lo dejé ser hasta que abrió sus ojos y me miró de manera tan dormilada y tranquila.

—¿Estuvo bien la siesta?

Cuestioné, no sabiendo si descansó o no a causa de que yo estaba casi encima de su cuerpo.

La Nerd Más Hermosa; Horan1Where stories live. Discover now