Capítulo 97

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Dayan

La noche pasó para mi realmente rápido, aunque cabe destacar que había dormido de lo mejor, estaba cansada y haber entrado en la cama con todo ese cansancio encima había servido para poder conciliar perfectamente bien el sueño y a la vez, dejar que todo mi cuerpo estuviera bien al levantarme.

Amanecí con el ánimo al máximo, me sentía tan radiante y tan bien, tan descansada y feliz, aunque sabía que había muchas preocupaciones, pero una que sobresalía muchísimo más sobre todas las otras pero, eso por ahora no me haría caer en lo absoluto. No ahora ni en un muy largo rato.

Con las sábanas y mantas alrededor de mi cuerpo y casi tropezando al levantarme, sonreí a pesar de ello. Con algo de pereza por igual, me dirigí a buscar algo de ropa limpia y realmente cómoda para ir a la ducha y tomar un baño de agua tibia para relajarme.

Seguía siendo algo temprano, seguro que mamá se ha levantado ya o tal vez no, entiendo que también tiene que descansar bien y estos días en los que la hemos pasados de vuelta en nuestra casa soy yo la que se levanta primero y prepara el desayuno para las dos, no quiero que se termine sobre esforzándose y termine mal todo el asunto, por eso me hago cargo yo, lo demás queda entre ella y Maura, en casa de los Horan.

Después de una larga ducha de agua tibia, con el cesto de ropa sucia casi lleno salí vestida con ropa limpia, tibia y cómoda, me dirigí a la habitación de mamá. 

—Uh, ya estás despierta... —Digo un tanto sorprendida— Y ya te duchaste también. —Cercioro, viéndola recargada sobre el respaldo de la cama, con un libro entre sus manos y sus lentes para lectura.

Sonrío sin evitarlo.

—Así es, la ropa sucia también está en la lavadora, seguro a punto de salir. —Me guiña, haciéndome saber eso al ver el cesto de mi ropa sucia a un lado mío— Te gané, cariño.

—Mhm, buenos días, mamá. —Le muestro la lengua, saliendo de ahí para dirigirme al cuarto de lavado.

Era verdad, su ropa ya estaba en la lavadora, a punto de salir. Resignada a saber que tengo que esperar a que se termine de lavar esa carga, regreso a su habitación, recostándome a su lado queriendo un poco de cariño.

Lo hace, acaricia mi cabello húmedo, mientras ella sigue leyendo tranquilamente, pareciendo demasiado centrada en su lectura. Apenas y dándome los cariños leves en mi cabello, aún así me hizo sentir bien, cerrando mis ojos y respirando tranquilamente, buscando acomodarme un poco mejor contra su cuerpo, sintiendo la calidez que emanaba de su anatomía.

Abrí mis ojos después de unos largos segundos de estar completamente relajada. Sonreí al al aún verla leyendo.

—Hace mucho tiempo que no estábamos así... —Murmuré, rodeando ligeramente su cintura— Extrañaba todos estos momentos, me encanta en serio. Amo poder estar contigo, mamá. Creí que te perdía.

Trago el nudo en mi garganta, mordiendo con fuerza mi labio inferior, no me iba a poner a llorar ahora mismo. Claro que no, no podía hacerlo, estoy segura que quizá y me estoy quedando seca de tanto estar llorando.

—Mi amor... —Las palabras de mi madre son musitadas, sintiendo todo el movimiento que hace y el sonido de las hojas del libro— Perdóname por haberte hecho pasar por eso... Jamás fue mi intención, fue algo que no esperaba, sabes que yo siempre he andado con cuidado y te aviso en todo momento en dónde estoy, a dónde voy y a qué hora llegaré a cierto lugar pero, esa vez...

Queda sin palabras por un largo tiempo. Sus manos se mueven por mi cabello y sus labios se posan cuidadosamente en mi frente.

"Mi niña hermosa, ha sido una pesadilla, vuelve a dormir."

La Nerd Más Hermosa; Horan1Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ