Capítulo 89

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Niall.

Me preocupaba demasiado el bienestar de Dayan, no podía estar del todo tranquilo sabiendo la clase de hombre que era su padre, saber que ese hombre cargaba demasiado odio sobre ambas mujeres —sin razón aparente— porque ellas no tenían culpa de nada, siendo todo lo contrario, porque fue él quien decidió arruinar su familia, decidió abandonarla como si no valiera absolutamente nada.

Ese tipo jamás se cansaría de estarme jodiendo la vida a los demás.

Por eso mismo, me sentía tan fatal, porque sé que no puedo cuidar del todo a Dayan, mucho menos que ahora está su madre de vuelta. Saber que ambas pronto estarán de regreso en su casa, hace que me sienta lleno de ira, tan incompetente.

Esta vez, los papeles se habían invertido de una manera que jamás creí que sería.

Era ella la que permanecía durmiendo cómodamente, con su cuerpo a un lado del mío, su cabeza sobre mi pecho, respiraba tranquilamente. La forma en la que su mejilla se presionaba contra mi cuerpo provocaba que sus labios se fruncieran ligeramente, haciéndola ver mucho más hermosa y adorable de lo que ya era.

Admirarla, esa era una de mis cosas favoritas por hacer.

El poder acariciar sus mejillas, poder delinear su piel con la yema de mi dedo... Era algo de admirar y de lo cual uno debería de sentirse orgulloso, claro que sí me sentía así, demasiado orgulloso y maravillado al tener tan semejante y hermosa obra de arte.

Dayan era mi gran obra de arte.

—Eres una de las tantas maravillas de este mundo. —Susurré para ella, mirando sus pestañas lisas casi tocar sus abultadas mejillas— ¿Qué hice para merecerte? 

Esto sí era felicidad. Era todo lo necesario para poder sobrevivir y estar por siempre bien.

Tenerla entre mis brazos y poder sentirla... De verdad, ¿Fue tan bueno todo lo que hice en mi otra vida?

—Te amo demasiado —Besé su frente, acariciando su cabello y cubriendo mejor su cuerpo— Eres todo lo que necesito.

Al verla que se removió, mostrando un pequeño puchero en sus labios, aparté mi mano de su rostro, solo dejando caricias en su cabello para que continuara durmiendo bien; miré hacia el techo, la oscuridad permanecía en la mayoría de la habitación, la ligera y tenue luz de una pequeña lámpara que ella había comprado hace unos días, era lo que me permitía lograr ver bien su rostro. Ponerme a pensar en las cosas, en cómo es que ambos terminamos aquí, juntos y con uno que otro problema, aunque nuestra felicidad era más grande que cualquier otra cosa que se nos fuera a cruzar en nuestro camino, tal como lo que sucedió el día de ayer, eso demostró que en verdad sí podemos. Ante cualquier situación, sí podremos. En pareja se logran solucionar mucho mejor los problemas.

Había tantas cosas en las cuales pensar y buscar soluciones para las mismas, sabiendo que vendrán muchas más cosas sobre nosotros y no estamos realmente seguros de si serán buenas o no.

Tendríamos que esperar por ello.










Desperté mirando hacia todos lados, la habitación se encontraba ligeramente iluminada, no podría siquiera imaginar qué hora podría ser, el invierno próximo estaba demasiado cerca, el clima lo mostraba de la mejor manera.

Al despertar un poco mejor, fruncí mi ceño al no tener a Dayan a mi lado. 

¿Qué hora era? 

No entendía del todo bien cómo es que podría levantarse tan temprano —si es que lo era— en nuestro primer día de vacaciones.

Con toda la pereza y las consecuencias de apenas haber dormido poco, me levanté de la cama. Bostecé mientras andaba hacia la puerta y salía de la habitación, no se escuchaba tanto ruido por la casa, el único lugar del que prevenían ligero ruidos era de la cocina, ¿Ya estarían todos allí?

La Nerd Más Hermosa; Horan1Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz